Las historias que se retratan en el cine o que se dan a conocer a través de diferentes canales sobre la cultura tarahumara, versan en la sorprendente habilidad de sus habitantes para correr. Sin embargo, todas las producciones dejan de lado la parte más precaria de su realidad, lo cual, asegura Gerardo Dorantes, quiso proyectar en su película Correr para Vivir.