La subida de tono en las descalificaciones entre los aspirantes, la repetición de fallas técnicas en la organización y señalamientos de “corrupta” para una candidata y “narcocandidata” para la otra, marcaron el segundo debate presidencial.
La subida de tono en las descalificaciones entre los aspirantes, la repetición de fallas técnicas en la organización y señalamientos de “corrupta” para una candidata y “narcocandidata” para la otra, marcaron el segundo debate presidencial.