En el municipio de Atlixco, los productores de miel enfrentan una batalla constante contra la naturaleza y las prácticas agrícolas modernas. La falta de lluvia y el uso intensivo de fertilizantes han complicado la labor de los apicultores, quienes ven mermada la producción de miel y enfrentan una amenaza existencial para sus abejas.
Miguel Amaro, un veterano apicultor de la región, detalla en entrevista cómo el uso de fertilizantes y pesticidas ha reducido significativamente la población de abejas. “Este problema no es reciente, lleva afectándonos por más de 20 años. Hemos solicitado a la Sagarpa la regulación de estos productos, ya que muchos están matando a nuestras abejas polinizadoras”, comenta Amaro con preocupación.
A los desafíos de los químicos agrícolas se suman las enfermedades que asolan a las colmenas. Plagas como el gusano que devora panales, el parásito conocido como “la barredora” que impide que las crías lleguen a la adultez, y la cría de cal, que reumatiza a las abejas, impidiendo su salida del panal, son solo algunas de las amenazas. Además, la importación de abejas extranjeras trae consigo enfermedades que las abejas locales no pueden combatir.
El impacto de estos factores ha sido devastador. En los últimos años, la producción de miel ha caído hasta un 70%. “Para que las abejas puedan realizar su función, necesitan campos con floración natural. Si el clima y las lluvias se retrasan, se vuelve muy complicado”, explica Amaro.
Para mantener una colmena saludable, los apicultores deben contar con una buena ubicación y una población robusta, estimada entre 40,000 y 50,000 abejas por colmena. Sin embargo, los desafíos actuales hacen que cumplir con estas condiciones sea cada vez más difícil.
A pesar de las adversidades, la miel de la Región de Atlixco sigue teniendo demanda en el mercado internacional, especialmente en Alemania, a donde se exporta la mayor parte de la producción. Solo un 20% de la miel queda en el territorio nacional. La importancia de la polinización por abejas no puede subestimarse: las frutas polinizadas son más grandes, jugosas y pueden aumentar su tamaño hasta en un 70%.
En algunos estados del norte del país, los agricultores están dispuestos a pagar hasta cinco mil pesos por cajones de abejas para asegurar la polinización de sus campos. Puebla se mantiene entre el cuarto y quinto lugar a nivel nacional en producción de miel, un indicador de la resiliencia de sus apicultores.
La situación en Atlixco es un llamado de atención sobre la necesidad de prácticas agrícolas más sostenibles y una regulación más estricta de los productos químicos, para proteger a las abejas y, con ellas, la biodiversidad y la agricultura del país.