Sólo 2.9% de los menores que se estima quedaron huérfanos de padre o madre debido a la pandemia de Covid-19 recibieron el apoyo de una beca Benito Juárez, como parte del convenio de un año entre el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Fue a través de la Coordinación Nacional del Programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez (CNPBBBJ) que se recibieron 7 mil 425 registros de niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad, de los cuales, sólo 6 mil 372 cumplieron con los requisitos para ser beneficiarios de una beca, tal como lo instruyó el presidente, Andrés Manuel López Obrador en noviembre de 2020.
Sin embargo, de acuerdo con el informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 y el estudio del Imperial College London sobre Orfandad por Covid-19, se estima que 215 mil 300 niñas y niños, menores de 18 años, quedaron huérfanos de padre o madre, de los cuales, de acuerdo con cifras oficiales, sólo 6 mil 372 obtuvieron dicho beneficio, es decir, el 2.9%.
“Se brindó atención a todas las solicitudes recibidas, las cuales posterior a realizar el análisis de la información reportada en las mismas, fueron identificados como beneficiarios 6,372 becarios, por cumplir con los requisitos para el otorgamiento de becas del programa, así como a las bases y condiciones establecidas en el convenio de referencia”, señaló la CNBBBJ a través de la solicitud de información 330011724000144.
En respuesta a 24 HORAS, se informó que de enero de 2021 y hasta el 26 de octubre del mismo año se erogaron 33 millones 529 mil 600 pesos correspondientes al ejercicio fiscal 2021 para atender dichas solicitudes derivadas de la pandemia de SARS CoV2.
Dicha cifra representa, por ejemplo, el 1.5% de los 2 mil 200 millones de pesos que costó el Hospital General de Sonora y que fue “inaugurado” en 2021, cuando continuaba el contagio por Covid-19, pero que entró en funciones un año después, por lo que tuvo que ser reinaugurado.
De estos recursos, 25.6 millones de pesos correspondieron a becas de educación básica; 7.7 millones a becas de educación media superior y 86 mil 400 pesos a becas de educación superior.
Al respecto, Juan Martin Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, destacó que estas becas sólo se dieron ante la presión mediática, por lo que el Gobierno no creó un programa nuevo, específico, diferenciado para atender a los menores que quedaron huérfanos por Covid-19.
“La discriminación que vivieron niños y adolescentes en la emergencia de Covid, se traduce en invisibilidad, no hay datos sobre las afectaciones resultantes después de casi tres años de emergencia de Covid”.
Destacando que en México no hubo una política de Estado para atender a los menores en orfandad, incluso recordó que el registro de estos menores sigue pendiente por parte del DIF Nacional.
Reconoció que si bien, estas acciones aisladas son bienvenidas “no significan programas ni política pública, porque estos niños y niñas que se quedaron en orfandad, siguen en orfandad, es decir su padre, su madre o abuelo o cuidador primario no va a volver”.
En el Informe de la Comisión Independiente del manejo de la pandemia en México se destaca que una de las implicaciones de la alta mortalidad de adultos jóvenes asociada a la pandemia en México es la orfandad.
Estima que, en México, al menos 215 mil 281 niñas y niños quedaron huérfanos de padre o madre al cierre de 2022, a causa de la pandemia.
Si la estimación se realiza para personas que fungen como cuidadores principales de los menores la cifra asciende a 229 mil 300.
Ampliando el espectro a cuidadores tanto primarios como secundarios, al menos 318 mil 100 menores de edad sufrieron la pérdida de una figura adulta con la que vivían, encargada de su cuidado.
“Estos números son, en sí mismos, suficientes para considerar la pandemia una catástrofe para la niñez mexicana, que demanda acciones remediales urgentes. A los efectos de la pérdida en los menores directamente afectados y sus familias y comunidades, se suman además las consecuencias generales de la crisis en la población infantil y juvenil”, refiere el documento.
Por Karina Aguilar