“Yo no soy matraquero, por ti seré, por ti seré”
Primero y, antes que nada, respire por la nariz, exhale por la boca. Repita el ejercicio cinco veces, permita que todo el aire llegue a la boca del estómago. Ahora bien, de aquí en adelante este será su mantra: “todos somos focas, hasta que se nos demuestre lo contrario”. “Todos somos focas, hasta que se nos demuestre lo contrario”.
La idea tendrá que quedar implantada en su cerebro para que cuando escriba una nota, haga una columna, realice una entrevista, si es que es periodista no le dé vergüenza pública.
Saque el jefecito de prensa que todos llevamos dentro. Sea usted ese operador que tanto anhela, cuando lo inviten a una comida, le digan “Bro”. Le saluden con guiño de ojo, con complicidad, y si se puede, por qué no, hasta con un sobrecito amarillo bajo el brazo. Cuando escriba un tuit, hágalo indignado cuando atacan a su candidato, festeje cuando su proyecto de vida vaya ganando.
Segundo, escoja a quién quiere apoyar, tenemos de todos tipos y colores: Alejandro Armenta, Ignacio Mier, Claudia Rivera, Julio Huerta, Olivia Salomón y Rodrigo Abdala. Aunque le recomendamos que sea inteligente, échele sus flores de vez en cuando a Eduardo Rivera, no nos vaya a dar una sorpresa.
Ahora bien, si usted no es periodista, pero militó en el PRI, PAN o en el PRD, pues ya se la sabe. Se trata de perder la dignidad, el respeto por sí mismo. Sea institucional hasta la ignominia. Mire, como estos tiempos es muy difícil asumir la porra, por el qué dirán, o a lo mejor usted trabajó con Melquiades Morales o con Luis Paredes y tiene mucho que no cobra en la nómina, pues ya perdió práctica.
Aquí va el secreto, casi todos los candidatos contratan granjas de bots, o ejércitos de minions (chavitos universitarios que hacen sus prácticas en dependencias públicas), métase a X (Twitter) y lea cómo adulan a un candidato, atacan a un periodista, critican a la derecha conservadora.
No es broma, aquí un ejemplo, no pondremos el nombre del aspirante, pero sí lo que dicen sus ejércitos en redes sociales:
“Mujeres poblanas unidad por bienestar del Estado” (SIC).
“Todos los esfuerzos para garantizar la seguridad de las mujeres”.
“Gracias a todos por hacer por ser el motor detrás del éxito económico y la estrecha relación comercial con Estados Unidos”.
“Buenas noticias para Puebla”.
“Es bueno que trabajen de forma coordinada, sigan trabajando así”.
El oficialismo inspira.
Salga del clóset.
Suéltese el chongo.
Sea todo un emprendedor en eso de quedar bien. Usted sea aquel personaje que trata bien a los de arriba, les da regalos, se arrastra ante ellos y a los de abajo, los maltrata, los corre o mal paga. Viva de las apariencias. Eso deja más que su maldito idealismo.
Cante voz en pecho y a los cuatro vientos: “Yo sí soy matraquero. Yo sí soy matraquero, por ti seré, por ti seré, por ti seré… Ay las focas, ay las focas. Para mover la matraca, para mover la matraca se necesita una poca de gracia, una poca de gracia y otra cosita. Ay, arriba y arriba, ay arriba y arriba, por ti seré, por ti seré por ti seré… ay las focas”.
Si usted se siente identificado con lo escrito aquí arriba recuerde que cualquier similitud con la realidad no es coincidencia, es la pinche realidad.