Un ciclón provocó lluvias abundantes y fuertes vientos que dejaron al menos 13 muertos en el sur de Brasil, donde las autoridades siguen en la búsqueda de cuatro desaparecidos y atienden a miles que fueron evacuados o perdieron sus casas.
El fenómeno, la última tragedia climática que sacudió al enorme país suramericano, provocó estragos en decenas de municipios del estado Rio Grande do Sul, incluyendo la capital Porto Alegre.
Los vientos golpearon con fuerza la zona costera, como la localidad de Tramandaí, donde registraron velocidades de hasta 101.9 km/h, según datos oficiales.
El saldo de muertos subió a 13 (incluyendo un bebé de cuatro meses), tras el hallazgo de dos cuerpos en la ciudad de Caraá, una de las zonas más afectadas, informó en Twitter la Defensa Civil del estado.
El número de personas declaradas desaparecidas siguió disminuyendo desde 20 el sábado, a cuatro, todas en Caraá, una ciudad de 8 mil habitantes en el litoral del estado, a 90 km de Porto Alegre, según Defensa Civil.
“Aún siguen las búsquedas”, indicó Defensa Civil. Brasil sufre fenómenos extremos frecuentes, y los científicos no descartan un vínculo con los efectos del cambio climático.
En febrero, 65 personas murieron por deslizamientos causados por lluvias récord que azotaron Sao Sebastiao, un destino turístico de playa a unos 200 km de la ciudad de Sao Paulo.
En esa ocasión, cayeron más de 600 mm de lluvia en 24 horas, más del doble de lo esperado para el mes, según las autoridades.
Los expertos también atribuyen los efectos devastadores a una urbanización descontrolada. Unos 9.5 millones de los 215 millones de habitantes viven en áreas de riesgo sujetas a deslizamientos o inundaciones.