La primavera en Praga
Hay un grupo de reporteros y políticos de Morena que aún no entienden los nuevos tiempos que se viven en la entidad. Mastican y escupen su propia bilis. Critican que el mandatario estatal haya borrado la parte rijosa, el sello del barbosismoy que ahora mande mensajes de paz con todos los actores de la sociedad. No entienden. No les gusta la primavera en Praga. Prefieren vivir en la completa confrontación.
El viernes de la semana pasada, Sergio Salomón se sentó con Claudia Sheinbaum; el sábado el gobernador invitó a comer a Marcelo Ebrard a Casa Puebla; ha traído a Adán Augusto López y se ha reunido con Ricardo Monreal. Ha platicado a nivel local con todos y cada uno de los aspirantes a la gubernatura y el mismo Ebrard reconoció que esta es una de las pocas entidades en las que hay posibilidades de visitar. Aplaudió el piso parejo, pues.
¿Será que aquellos que ven estas acciones con remordimiento porque se les acabaron las prebendas? ¿O por qué no disfrutar un espacio más libre?
¿Será?
De encuestas me como un plato
Que con la publicación de las encuestas en las que aparece Morena ocho puntos porcentuales arriba de Acción Nacional, hubo morenistas que no les pareció y hubo panistas que fruncieron el ceño. Lo cierto es que Acción Nacional no la tiene fácil en lo que ha llamado su bastión que es la capital poblana y necesita de los votos del PRI para poder empatar a Morena. La ventaja que tiene, eso sí, los panistas sobre sus adversarios, es que si mandan perfiles perdedores podrían cambiar las cosas y a su favor.
Algo que no ven muchos “analistas” y albiazules es que Puebla no es panista per se. Es falso que sea conservadora. Los poblanos son switchers, es decir, que cambian de tendencia según sus intereses, sus conveniencias. Aquí se ha votado por el PRI, por el PAN y varias veces por Andrés Manuel López Obrador. Así que si algo tenemos los poblanos es que no nos pueden poner un adjetivo. La lucha por el 2024 para el PAN no está fácil. Y la alianza con el PRI en Puebla está en riesgo.
¿Será?