El Chelsea anunció este jueves que su exjugador y exentrenador, Frank Lampard, se encargará de dirigir al equipo londinense hasta final de temporada, el tiempo necesario para su directiva de encontrar una solución perenne tras el fiasco Graham Potter.
Jugador emblemático del club de 2001 a 2014, lo que le valió una plaza en el Templo de la Fama (Hall of Fame) de la Premier League, y entrenador de julio de 2019 a enero de 2021, Lampard será ya el tercer entrenador de los Blues esta campaña.
Los nuevos propietarios estadounidenses, que habían comprado el club a Roman Abramovitch al final de la pasada temporada, habían cesado a Thomas Tuchel en agosto pasado, tras solo siete partidos esta campaña, para ser sustituido por Graham Potter, tan prometedor como inexperimentado a este nivel.
Incapaz de imprimir su marca a un grupo cambiado, tras los 600 millones de euros gastados en el mercado de traspasos en verano y en invierno, a menudo por jugadores jóvenes y prometedores, fue cesado el domingo, dejando al club en la undécima plaza en el campeonato, aunque siguen en carrera en cuartos de final de la Liga de Campeones.
Deseosos de no cometer los mismos errores, Todd Boehly y Behdad Eghbali, los copropietarios del club, eligieron darse tiempo con esta figura histórica del club, que podría al menos calmar a los aficionados, que nunca estuvieron convencidos ni por Potter ni por la gestión reciente del club.
– En espera de otro técnico –
“Estamos encantados de acoger de nuevo a Frank en Stamford Bridge (…), una leyenda en este club”, explicaron los dos hombres, citados en el comunicado.
“Mientras continuamos el proceso meticuloso y exhaustivo para encontrar un entrenador principal permanente, damos al club y a los fans un proyecto claro y estable para el resto de la temporada”, señalaron.
“Queremos darnos todas las chances de ganar y Frank tiene todas las características y las cualidades requeridas para conducirnos hasta la línea de meta”, indicaron.
Lampard, sin embargo, todavía tiene mucho que probar como entrenador.
Tras una experiencia agridulce en el Chelsea, al que condujo a una clasificación en Champions, pese a una prohibición de fichajes y a la final de la Copa de Inglaterra, su segunda temporada fue mucho más difícil, y fue cesado en enero.
Después renació en el Everton, donde había sido nombrado a finales de enero de 2022, salvándolo del descenso. Pero sus 44 partidos al frente de los Toffees, en los que cosechó 24 derrotas y 8 empates, por solo 12 victorias, no dejaron un gran recuerdo en el club de la ciudad de Liverpool.