En 1936 el pueblo La Esperanza, en el desierto mexicano, recibe la no­ticia del cierre de la mina –su prin­cipal motor económico– y con es­to la cancelación de la ruta del ferroca­rril, única vía de comunicación con la ci­vilización.

Durán, el joven mecánico ve frustrado su sueño de convertirse en ma­quinista y tendrá que elegir entre cruzar la frontera norte, y renunciar a sus raíces y al amor de su vida, o ayudar a un gru­po de pobladores que resisten en el pue­blo con el plan más descabellado: cons­truir su propio tren de vapor. Un home­naje al ingenio mexicano.

De verdad esta película la tiene que ver toda la familia, los abuelos que viajaron en tren, nuestros papás, probablemen­te nosotros y que nuestros hijos vean un maravilloso transporte que ya no está y que debería seguir vigente.

De esto platique con Raúl Ramón, di­rector de la película El Poderoso Victoria, que te emociona desde el primer momen­to. La historia te lleva por todos los esta­dos de ánimo, pero sobre todo te hace re­flexionar sobre esta situación, en la cual lo que parece imposible sólo tarda un po­co más.

Raúl me contaba diversas situaciones, como que México tiene una cultura ferro­carrilera que está muy desaprovechada. De hecho, yo, cuando era niño viajé en tren y hoy mis hijas sólo los ven en el museo. Se han hecho pocos filmes dedica­dos a este medio de transporte, el prime­ro es El tren fantasma, una película silen­te; la segunda es Viento negro, de la época de oro; y El Poderoso Victoria, que llena de nostalgia y esperanza la pantalla grande.

El elenco es de primer nivel: Damián Alcázar, Gerardo Oñate, Édgar Vivar, Ro­berto Sosa, Joaquín Cosío, Eduardo Espa­ña, Lorena de la Torre, Luis Felipe Tovar, Said Sandoval, Rogeiro Martín Del Cam­po, Alberto Trujillo, Javier Zaragoza, Adal Ramones, Daniel Martínez, Alonso Echá­nove, Andy Chávez de Moore, José Sefami y Javier Lacroix.

Para ser una película indepen­diente, no le pide nada a ninguna otra producción.

Raúl Ramón estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en Iteso. Di­rector de Vértigo Cine, presidente y funda­dor de la Academia Jalisciense de Cinema­tografía y guionista y director de El Pode­roso Victoria. Este guion recibió el premio Alejandro Galindo de IMCINE, 2011, a cargo de Vicente Leñero. Esta es su ópe­ra prima.

Todos los recursos se pusieron en fren­te de la cámara, de hecho el propio staff de la película en algún momento pasó por una situación igual a los personajes de la historia, pues filmaron una escena de 130 personas muy cara, con todo lo que implica, al final del rodaje.

Para salir avante y haciendo uso del ingenio mexicano, el staff fue caracteri­zado para que al mismo tiempo desarro­llaran su trabajo y sirvieran como extras para ambientar la película. A decir del di­rector, sufrieron muchas incomodidades: no tenían aire acondicionado, grúas o he­licópteros, pero aun así sacaron la garra y filmaron.

La columna de esta semana ha termi­nado, pueden ir en paz a ver El Podero­so Victoria.

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El Confesionario

Por: Ray Zubiri