Un triunfo de 1-0 con diez hombres cerca de 40 minutos (si tomamos en cuenta el tiempo añadido), mantiene al Puebla de la Franja en el primer lugar de la tabla, invicto y con la mejor defensa del campeonato. Un gol tempranero de Diego de Buen, otro penal detenido por Antony Silva y otra demostración de trabajo en equipo fueron claves para vencer al quinto lugar en el mundial de clubes, Monterrey, que una vez más demostró que es una escuadra aburguesada, que es un grupo de cromos que tendrá mucho dinero pero carece de algo que, afortunadamente, le sobra a este Puebla: Idea de equipo y jugadores con mucha hambre de trascender.
Hay dos imágenes que resumen lo que es este Puebla y explican en gran parte el buen inicio de torneo, al tiempo que recuerdan una lección que debería ser repasada una y otra vez: Las nóminas no juegan; en las dos imágenes aparece un hombre que ha estado en las muy buenas, en las regulares, las malas y las muy malas en la historia de la Franja, un hombre que lleva trabajando más de 50 años en el club, que ha visto a directivas de todo tipo y que se ha sabido mantener: Rogelio “More” Cruz, el utilero del equipo. Cuando el juego terminó, Nicolás Larcamón volteó y se abrazó con el “More”, recordando la estampa de los penales en la pasada recalificación frente a Chivas. Más tarde, en el team back de la victoria, el timonel argentino esperó la llegada del propio “More” para felicitar a sus jugadores; hoy el Puebla es un equipo, un equipo con más o menos claridad futbolística en los juegos, pero con una idea: Alargar el buen momento general y de varios de sus elementos.
El Puebla gusta porque ha logrado jugar bien al futbol, tener una propuesta intensa, con mucha dinámica de sus jugadores y porque cuando futbolísticamente la situación se complica apela a valores como la garra para sacar un resultado positivo. El viernes derrotó a Monterrey porque ofreció una muestra de todas sus virtudes: El trabajo de mediocampo para presionar a los rivales desde su salida, las variantes en los nombres que arrancan los juegos, la táctica fija que surtió efecto al minuto tres con el remate de cabeza de Diego de Buen que pasa por un gran momento y ha aprovechado la oportunidad para afianzarse en la titularidad. Durante el primer lapso fue el cuadro local el que gozó de las mejores aproximaciones ya que desde el minuto uno, Fernando Aristeguieta había tenido la primera llegada que sacó Andrada y en el cierre el propio Aristeguieta voló su disparo ante el guardameta de Rayados, pero la realidad es que en ese momento el Puebla controlaba el juego, no sufría y generaba ocasiones de peligro.
Para el segundo tiempo, Javier Aguirre jaló de su rico banquillo: Janssen por el tico Campbell y Luis Romo por Celso Ortiz y rápidamente se asomó aunque sin claridad al arco de Silva con una serie de centros hasta que en uno de ellos, Ferrareis en su intento por despejar levantó mucha la pierna e impactó con Maxi Meza quien buscaba el remate por lo que el silbante Oscar Mejía acertó en la marcación y en sacar la tarjeta roja al brasileño de la Franja. Funes Mori ejecutó mal (inconcebible que se mantenga en la selección nacional) y Antony Silva aprovechó para detener con los pies, alargar su buen momento y mantener al cuadro poblano con la ventaja, esa atajada permitió que Larcamón recompusiera al equipo con los ingresos de Corral por Parra (por protocolo de conmoción), Javier Salas (en su reaparición) por Mancuello y de Segovia por Jordi Cortizo (otro que ha entendido la oportunidad que vive en el Puebla y la está aprovechando), mientras que Monterrey siguió mandando centros al área para que Gularte (que vive el mejor momento desde que llegó a México) se regodeara; el cuadro norteño siguió echando mano de lo que tenía: Su lista de cromos…Rodolfo Pizarro ingresó por Sebastián Vegas, Arturo González por Kranevitter y más tarde el joven Neder Hernández por el inoperante Jesús Gallardo (uno ve su nivel y luego ve a los jugadores del Puebla y del Atlas y no se explica como Gerardo Martino lo sigue convocando a la selección), pero en realidad aunque los visitantes tenían la pelota carecían de ideas para hacer daño, por eso en todo el asedio del segundo tiempo tras el penal sólo hubo dos acciones de verdadero peligro para el Puebla, un disparo de Meza buscando el ángulo superior que desvió Silva y una buena combinación que encontró a Janssen por derecha cuyo tiro centro no pudo ser rematado por algún compañero por el buen recorrido defensivo de George Corral.
Durante esos minutos en que Monterrey se adueñó del balón, los jugadores ofensivos del Puebla se sumaron al trabajo de recuperación, Aristeguieta dio un gran partido sacando los centros de los norteños, Araújo aprovechó su habilidad para arrastrar la pelota y conseguir infracciones (el uruguayo se ha convertido en blanco de los rivales camoteros ya que en cada partido recibe muchas faltas) que fueron oxígeno puro para el Puebla. En los minutos finales el Puebla se dio el gusto de salir y de asomarse a la puerta de Andrada gracias a la inteligencia de Israel Reyes quien filtró un buen balón a la banda izquierda de la que se derivó una falta en cuyo cobro Juan Pablo Segovia no pudo desviar en lo que pudo ser el gol de la tranquilidad y más tarde un buen pase de Guillermo Martínez dejó solo a Kevin Ramírez quien definió ante la salida de Andrada para hacer el segundo pero se marcó un fuera de lugar milimétrico https://www.youtube.com/watch?v=1sJjEoO36RM.
Monterrey es un grupo de cromos sin conjunto, jugadores aburguesados que no pasan por un buen momento pero eso no es culpa del Puebla de la Franja que representa todo lo contrario: A las buenas decisiones de Larcamón, se suman el gran momento de Antony Silva, Emanuel Gularte, Diego de Buen, Israel Reyes, Lucas Maia y Maximiliano Araújo, a esos niveles altos se suma el compromiso de los Corral, Salas, Cortizo, Segovia, la competencia interna entre Aristeguieta y Martínez que genera que cuando están en la cancha ambos se esmeren en colaborar de una u otra forma con las necesidades del equipo y aunque su partido fue discreto no podemos olvidarnos de la visión de Mancuello. Justamente hace un año, Nicolás Larcamón empezó a construir un equipo que recuperó el orgullo de representar a la Franja, de esa versión que alcanzó las semifinales del Clausura 2021 se han ido jugadores que eran muy importantes, pero el timonel argentino ha logrado mantener la idea de equipo y ahora, como ya se ha comentado, tiene más respuestas, más matices para crecer.
Cuando a esa idea de equipo se le suma el hambre o las ganas de trascender de los jugadores, la ecuación se completa y genera un grupo al que será difícil derrotar. El Puebla de Larcamón no es perfecto y vendrán momentos complicados en un torneo que apenas ha finalizado su primer tercio, pero ha logrado ilusionar a la afición, ha logrado que haya buenas entradas en el Estadio Cuauhtémoc a pesar de que se siga jugando en viernes (que se había comentado que era un horario que no gustaba), lo que demuestra que lo que se necesitaba era construir un buen equipo que defienda con orgullo la histórica playera de la Franja. Ese orgullo representado por honrar el trabajo de Rogelio Cruz, la persona que más aventuras ha vivido en el Estadio Cuauhtémoc.
Los Rayados podrán ser muy ricos, tener muchos nombres de jugadores que alguna vez fueron importantes, pero hoy el Puebla tiene futbolistas con hambre de trascender, con orgullo de dedicarse a esta profesión y a una afición que también ha recuperado el orgullo de irle a un equipo histórico del futbol mexicano; el partido del viernes pasado no era el ideal para resolverlo solamente desde lo futbolístico, era el momento para demostrar una vieja lección: Las nóminas no juegan y los nombres, por sí solos, no resuelven, este Puebla con su trabajo en equipo le viene bien a un futbol mexicano demasiado concentrado en el dinero, aunque cabe insistir que esto apenas inicia y que se va a requerir que los Camoteros mantengan otra de sus ideas que los ha llevado hasta aquí: Ir partido a partido sin escuchar el canto de las sirenas.
@abascal2
El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal