En las últimas semanas, las mediciones sobre la contienda por la gubernatura en Hidalgo -uno de los tres últimos bastiones priistas- comienzan a apretarse. El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sus partidos aliados y su candidato, el senador con licencia Julio Ramón Menchaca Salazar, no irán a un día de campo el próximo 5 de junio. Así se ve la competencia, desde fuera de tierras hidalguenses.

A la par, se han apretado también las negociaciones que, en el Palacio de Bucareli, sede de la Secretaría de Gobernación, se realizan en torno a la reforma más importante para el Presidente de la República: la Eléctrica.

En la Cámara de Diputados, el Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que coordina Rubén Ignacio Moreira Valdez -esposo de la candidata aliancista de Hidalgo, Alma Carolina Viggiano Austria- está presto a apoyar los tres cambios constitucionales, a los artículos 25, 27 y 28, que propone Andrés Manuel López Obrador, para su reforma de corte nacionalista.

Los priístas sólo han mantenido, al menos hasta la semana que terminó, una condición: que la Reforma Eléctrica se vote hasta después de las elecciones de Hidalgo y otros cinco estados, que renovarán al titular del Poder Ejecutivo.

“No queremos que lo electoral se convierta en un debate constitucional, y lo constitucional un debate electoral”, argumentó hace unos días Moreira, mañosamente.

En una tercera pista de este tema, de vital importancia para el habitante de Palacio Nacional, el titular de Gobernación, el también tabasqueño Adán Augusto López Hernández, ha postergado, una vez más, las citas con los panistas y otras fuerzas, para discutir la reforma lopezobradorista.

Pareciera que ya no importa acordar con el Partido Acción Nacional (PAN).

La aritmética muestra que, solamente con la suma de una fracción de los votos del PRI en el Palacio Legislativo de San Lázaro y en el Senado, basta para conseguir la mayoría calificada, las dos terceras partes para avalar las reformas constitucionales.

En tanto, Viggiano Austria, abanderada de PRI-PAN-PRD, pareciera crecer en sus posibilidades, frente a Menchaca Salazar, por Morena, PT y PVEM.

En la época salinista se realizaron acuerdos soterrados entre el sistema y el panismo, para que AN ganara algunas gubernaturas; se denominaron “concertacesiones” -palabra que realmente no existe, pero que vino como eufemismo a las transas electorales-. Fue la época del auge del panismo en Baja California, Querétaro y Guanajuato.

Andrés Manuel hoy requiere de los votos, algunos, ni siquiera todos, de diputados y senadores priístas.

En Pachuca, capital de Hidalgo, lo saben bien en la casa de campaña de Carolina, por cierto, también secretaria general de Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que preside el diputado federal Alejandro Rafael Moreno Cárdenas, ése al que apodan “Alito”.

“Paris vaut bien une messe” (París bien vale una misa) es una frase que se atribuye -pudo haber ocurrido o no- a Enrique de Borbón, que se convirtió al catolicismo para poder reinar Francia, como Enrique IV (1594).

Pues Pachuca bien vale una reforma. ¿Qué no?

 

@Alvaro_Rmz_V

Piso 17 escribe Álvaro Ramírez Velasco