El fin de semana previo a la explosión en San Pablo Xochimehuacán que aún domina todo tipo de conversación, quedó sin el reflector un gesto que apunta a la derrota de Genoveva Huerta Villegas en su afán de reelegirse al frente de la dirigencia del Partido Acción Nacional, por segundo periodo consecutivo.
Una reunión de militantes de la llamada ala ortodoxa, doctrinaria o del Yunque, con una corriente que había sido vista de soslayo por el beneficio que recibió en los ámbitos político y económico entre los años 2010 y 2017: los morenovallistas.
Entre quienes estaban ahí fueron los ex funcionarios de primer nivel en el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, los hermanos Riestra Piña, Mario y Rodrigo, pero también integrantes de la parentela del ex mandatario que pereció con la caída del helicóptero en diciembre de hace tres años.
Podrá argumentarse que reunidos significan poco frente a la militancia que votará por las dos opciones que se medirán el próximo 14 de noviembre, la propia Genoveva Huerta y Augusta Díaz de Rivera, pero el mensaje genera una percepción inocultable: la candidata del oficialista se ha quedado sola.
La corriente a la que perteneció la actual legisladora federal y presidenta con licencia de Acción Nacional se ha pulverizado. Imposible sostener la cohesión sin la figura que impulsó al poder a Acción Nacional.
Moreno Valle difunto, el otro factor a quien la actual aspirante a la reelección debe el empoderamiento que vivió, Eukid Castañón está preso y acusado de delitos tan graves como enriquecimiento ilícito, manejo de recursos de procedencia ilícita y falsear información.
Otro pilar sobre el que descansan las aspiraciones de Huerta Villegas vive su propio infierno luego de la filtración de un audio en el que el dirigente nacional, Marko Cortés parece abdicar de su condición de competidor en cinco de las seis gubernaturas en juego en 2022, al reconocer posibilidades competitivas en Aguascalientes.
El escarnio de relativa comodidad que tenía frente a sí al arrancar la interna panista se ha transformado en contexto complejo, lleno de retos nuevos como el reacomodo interno de grupos y liderazgos que van mucho más allá de la percepción e imaginario.
Entre los opositores al oficialista cobra vigencia un conjunto de preceptos que dibuja de cuerpo entero: ¿quién ha sido capaz de favorecer a familiares, amigos o incondicionales incluyéndolos en la nómina partidista?
¿Obtuvo Genoveva Huerta desde su cargo partidista beneficio personal como la diputación federal de la que se ostenta, o no?, ¿ha utilizado ella misma la estructura partidista para alcanzar el siguiente peldaño, sin respetar la praxis panista que obliga a una competencia con piso parejo, muy lejos de cuando el PRI les hacía chapucerías análogas?
Y quizá las más lastimosa de las preguntas que se han formulado en las últimas semanas tiene que ver con la congruencia política: ¿Ha cumplido con su palabra cada vez un la ha empeñado, o se acomodó a la nueva circunstancia?
No hay que hacer un gran esfuerzo para visualizar un futuro inmediato, rumbo a la elección del 14 de noviembre, en el que el día de campo que supuso la candidata de Marko Cortés sería la interna, se ha esfumado por completo.
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado