En Puebla no se repetirá el escenario de Tula, Hidalgo, ante la advertencia de que la presa de Valsequillo está por alcanzar su capacidad máxima, afirmó el gobernador, Miguel Barbosa Huerta.
A raíz de que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) notificó sobre el nivel de la presa y el escenario que se advierte en caso de mantenerse las lluvias, el gobierno inició un análisis sobre el posible impacto de la apertura de las compuertas.
Barbosa Huerta señaló que se va a actuar de forma oportuna para evitar un riego mayor a la población. Resaltó que se analiza la situación de unidades médicas en zonas cercanas, para trasladar a los pacientes, en caso de ser necesario.
“No nos va a pasar lo de Tula”, aseguró el mandatario poblano, luego que hace unas semanas fallecieron 17 personas en ese municipio, tras la inundación de un hospital del IMSS.
La secretaria de Gobernación estatal, Ana Lucía Hill Mayoral, señaló que se incrementó el número de comunidades que podrían sufrir un impacto ante la posible apertura de la presa.
Dijo que se trata de Tepenne, en Tzitlacoyan; Barrio Cañaderas, en Atoyatempan; Barrio San Juan, en Molcaxac; Colpacotitla, en Huatlatlauca; Barrio de La Luz, Inspectoría Zaragoza y San Vicente, en Coatzingo; Franciso Ferrer y Tejalpa, en Tehuitzingo; Platanoaya, en Ahuatlán; y El Calvario, Cuautlá y Ahuatepec, en Tecali de Herrera.
La tarde-noche del miércoles, la Conagua confirmó que la presa Manuel Ávila Camacho, en Valsequillo, estaban al 99.37, por lo que al llegar a su límite podría comenzar a verter sus aguas en el río Atoyac.