El pasado 9 de septiembre, Facebook en colaboración con Ray-Ban, presentaron unas gafasinteligentes llamadas «Ray-Ban Stories», capaces de tomar fotos, grabar videos, responder a llamadas telefónicas sin audífonos y con control de voz, reproducir sonidos, música y hasta podcast.
Este dispositivo es capaz de almacenar hasta 30 videos o 500 fotografías encriptadas a una aplicación en la que el usuario puede administración el contenido y compartirlo en redes como: Facebook, Instagram y WhatsApp.
Facebook no es el primero en intentar utilizar la tecnología como un elemento adaptable al ser humano. Google lo hizohace algunos ayeres con el dispositivo «Google Glass», en un lanzamiento muy al estilo siliconiano en donde su cofundador, Sergey Brin; se lanzó de un avión para probar su sujeción al cuerpo.
No hace falta recordar en qué terminó aquella implementación tecnológica que se ganó el mote de “Glassholes”, e incluso fue prohibida por algunos establecimientos de comida en San Francisco.
Al fracaso de Google, se le sumó Snap Inc con los «Spectacles» que, a diferencia de las gafas de Google, el argumento comercializador se centraba en la moda, pese a que también podía grabar 10 segundos de video para compartirlo en la red sociodigital de Snapchat.
La gran diferencia que promete Facebook —en términos de usabilidad masiva— es su “diseño e innovación”. Es decir, para el usuario será más cómodo retratar su realidad a partir de un dispositivo wearable, para no tener que sacar el celular de su bolsillo, sostenerlo frente a su cara y capturar el momento.
¿Serán capaces las gafas inteligentes de desplazar al smartphone? Los Google Glass y Spectacles se volvieron de productos de nicho ecológico, las gafas de Google actualmente su tipo de uso es empresarial, mientras que los de Snap estrenan su tercera generación de gafas.
Y es que la tecnología tiene un carácter parasitario, un medio logra sobrevivir cuando el cociente de supervivencia es directamente proporcional a su cercanía con el ambiente de comunicación humano pretecnológico. La supervivencia del medio, no sólo significa definir proporción o cercanía al ambiente de comunicación humano, también se debe preservar la capacidad de extensión a través del tiempo y del espacio.
Los lentes inteligentes no tienden a reproducir con precisión configuraciones naturales del ser humano y esa carencia de transversalidad lo destina a un producto de nicho ecológicodifícilmente consumible en masas. Además, podrían atentar contra la privacidad, pues de no notificar al usuario que está grabando, quebrantaría leyes de Protección de Datos.
Ecosistema Digital
Carlos Miguel Ramos Linares
@cm_ramoslinares