El coordinador de la bancada de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, pasará a la historia como el político de Morena que más desinformado está, o como quien dispuso protección política en contra de quien pesa acusación formal por el delito de pederasta, un viejo aliado suyo.

Muy a su pesar, la Sección Instructora determinó desaforar a Saúl Huerta, el legislador que desde el pasado ha tenido una sólida relación con Mier cuando éste era secretario general del Ayuntamiento en la gestión del priista Enrique Doger Guerrero, a partir de 2005.

Eran los tiempos de una feliz militancia en el Partido Revolucionario Institucional. El exedil de la capital hoy es un feroz crítico de López Obrador y de Miguel Barbosa; Ignacio Mier y Huerta terminaron en Morena.

El diputado poblano se mantendrá en la coordinación del rebaño legislativo federal, y la oveja negra, muy probablemente, sea detenida en las próximas horas por la acusación formal de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México por el presunto abuso de menores.

La segunda semana del mes de abril, que se destapó el escándalo por el presunto abuso sexual que habría cometido el aún diputado federal contra un joven originario del feudo del ahora legislador sin fuero, San Francisco Totimehuacán, y a quien ofreció trabajo y un lugar como estudiante en la BUAP, Mier exhibió debilidades.

Con el bagaje político y los aires de Don Señor con los que suele conducirse, evidenció la ausencia de empatía con el menor de edad y la familia, y como protagonista de esa gran carpa en la que suele convertirse el espectáculo de la política de traspatio: la tragicomedia de tener diputadas y diputados dispuestos a encubrir lo indecible, a costa de lo que sea.

La respuesta a una entrevista en los pasillos de San Lázaro así lo evidencia:

“Nosotros respetamos la vida personal y los actos que de su vida realice cada una de las y los diputados; yo respeto las decisiones personales y la vida personal que tenga cada uno de los integrantes del cuerpo legislativo. Yo no puedo expresarme por la vida personal; el respeto al derecho ajeno es la paz”.

-¿No le pedirán que deje el cargo (a Saúl Huerta)?

“No, porque no lo hizo en su función como diputado federal (el abuso sexual), lo hizo en su vida personal y repito: yo en la vida personal de los integrantes no me meto”.

Ya cuando el daño estaba hecho, con el costo político ante el muy próximo proceso electoral y el escarnio nacional que permitió conocer a un integrante de la política local, decidió excusarse.

Escribió en sus redes un “mea culpa” y concedió entrevistas en las que subrayó su determinación por la aplicación de la justicia para castigar a quien ha sido un viejo compañero de aventura cuando ambos eran militantes del PRI rancio, como forma única de hacer política.

Saúl Huerta irá al cadalso, si es que antes no decide evadirse de la acción de la justicia capitalina.

El clima de opinión no será muy favorable para el coordinador de la bancada.

En su muy probable conducta delictiva, como consta en las pruebas que obran en poder de la FGJ de la CDMX, Huerta terminará por arrastrar a este consentido de Mario Delgado, el dirigente nacional de Morena… ¿La esperanza de México?

 

@FerMaldonadoMX

Parabólica escribe Fernando Maldonado