La historia de Purgante nació a finales de 2014, gracias a una anécdota que Gabriel García Márquez relató a Televisión Española (TVE) durante una entrevista realizada a finales de septiembre de 1995 (trece años después de recibir el Nobel de Literatura), y la cual tuve la fortuna de encontrar en una mis infinitas noches embobado frente a la computadora, en las cuales —como dice el español Manuel Jabois— pasaba horas enteras en YouTube viendo goles que no regresarán jamás.

“Yo vivía donde los abuelos. Y no me llevaban a dormir a casa de mis padres, sino cuando me iban a dar un purgante. Y cuando decidían dar un purgante, era un purgante colectivo. Nosotros somos 15. No había mucho tiempo de ocuparse de cada uno. Cuando a mí me llevaban a dormir allá, yo iba contento, porque iba con los hermanos… Después del purgante nos daban, como premio, una moneda de cincuenta centavos. Y yo, durante muchos años, me acordaba de esas monedas y me daba la náusea… la náusea del purgante”, relató un nostálgico Gabo a la periodista Ana Cristina Navarro, durante la primera emisión del programa La vida según…, estrenado precisamente con el autor de Cien Años de Soledad.

La primera idea fue crear una revista cultural —lo que eso signifique— que abordara historias relacionadas a literatura, cine, teatro, música y demás artes. Después, ante lo hueco que sonaba todo aquello, el concepto evolucionó a formar una comunidad de escribidores (sí, escribidores, no escritores); gente decidida a relatar aquello que llevara años quemándole por dentro, sin importar la ausencia de una formación literaria que no fuera la necesidad de contar una historia (que suele ser la mejor formación de todas). Ser un purgante para todos aquellos que necesitaran contar una historia.

En un inicio, al correo electrónico llegaban de dos a tres colaboraciones quincenales, y cuando la cosa se ponía cachonda eran semanales. La labor era sencilla: corregir ‘dedazos’, errores ortográficos, conseguir una foto que pudiera pintarse de blanco y negro y publicar en página web y redes sociales. ¿Qué necesito para publicar con ustedes?, era —lo sigue siendo— la pregunta más recurrente. Tener una historia que contar, nuestra respuesta favorita.

Por supuesto, al ser un proyecto respaldado única y exclusivamente por el ‘amor al arte’ y gestionado con recursos propios —lo sigue siendo—, enfrentamos algunas pausas y tropiezos que, más allá de hacernos dudar, lo único que consiguieron fue consolidar el sueño. Hoy, a través de una redacción de colaboradores (a quienes nos referimos cariñosamente como purgancios) afincados en México y alrededor del mundo, el sueño se ha materializado con Puentes, la primera obra de nuestra colección; un libro antológico dividido en cuatro pilares narrativos —Poesía, Historias, Editoriales y Charlas— que, además de nuestro país, consolida voces de España, Argentina, Colombia, Perú, Uruguay, Cuba y Estados Unidos,

La portada, nuestra simbólica botella, arropada por una maleta. Tal vez así entendamos que la felicidad de la vida no es el destino, sino el viaje.

 

@revistapurgante

Purgante por Miguel Caballero