En los setenta, David Bowie llegó a Berlín para alejarse de las drogas y concentrarse en grabar sus entonces discos. En uno de sus conciertos, Christiane F., de catorce años, probaría por primera vez la heroína. Y es que, paradójicamente, Bowie había llegado al lugar y a la época exacta en la que las drogas se sumergirían en Alemania hasta convertirse en un problema de salud pública.
La historia de Christiane F. es bien conocida en toda Alemania, y su libro autobiográfico es casi una lectura obligada en la educación básica y superior. Su vida llena de adicciones es también una representación de lo que era Berlín en los años ochenta, tanto cultural como políticamente.
Christiane Vera Felscherinow se convirtió en una de las adictas a la heroína más conocidas en ese tiempo, pues a los 14 años de edad comenzó a consumir drogas duras y a prostituirse. Su historia sería sólo una pequeña representación de la llegada de la heroína a Berlín, y de cómo la niñez se apropió en un par de segundos de la droga.
El problema escalaría tanto y tan rápido, que la ciudad sería conocida, en poco tiempo, como una de las capitales principales en Europa para consumir heroína. Hoy en día es un problema de salud pública que la capital alemana sigue enfrentando.
Christiane y el cine
En 1981, Uli Edel llevaría esta historia al cine, teniendo como resultado un filme brillante y espeluznante, que de manera muy cruda y fría nos adentraría a las estaciones más deprimentes de Berlín y también a la vida nocturna y seductora que el lado Este estaba experimentando, a pesar del muro.
El toque alemán cinematográfico de ese entonces está plasmado genuinamente en este trabajo filmográfico. Christiane F. se volvió una joya cinematográfica un poco difícil de superar. No sólo respetaba la historia original, sino que contaba con un Soundtrack preciso y con la aparición del propio Bowie.
La serie
En esta época era importante para los alemanes no olvidar a Christiane. Así que tomaron nuevas rutas y la escritora Annette Hess dirigió la serie “Wir Kinder vom Bahnhof Zoo”, en Amazon, una representación mal lograda y muy poco bien recibida por el público berlinés.
Pero esta serie también nos deja ver el gran legado que otras producciones alemanas han dejado en los últimos años, por ejemplo la magnífica Dark. Y es que a pesar de que la nueva serie ha sido catalogada como una gran catástrofe, se nota totalmente que la inspiración ha venido de otros lados.
A pesar de que el propósito de esta serie sea darle un toque menos oscuro y llegar a las nuevas generaciones, sus fallas y sus torpezas aniquilan completamente todo. Se trata de una versión muy pop y melodramática de un problema que sigue presente.
Así que el público alemán espera otra representación digna de esta historia, que no quiere ser olvidada para no repetirse.
@dianaegomez
Cartas desde Berlín escribe Diana Gómez