La presidenta municipal de la capital, Claudia Rivera Vivanco, cometió pecado capital cuando decidió echarse en los brazos de Antorcha Campesina, una agrupación abiertamente enemiga de la Cuarta Transformación y de Andrés Manuel López Obrador, a quien presume haber acompañado desde el plantón en Reforma, en la crisis postelectoral de 2006.
La ausencia de olfato y oficio en su conducta al frente del gobierno de la ciudad ha sido evidente y constante. En los últimos días, esas debilidades políticas se han acentuado en su doble condición de servidora pública y aspirante a la candidatura de Morena a la reelección.
La inopia argumentativa no ha resistido el más elemental de los análisis. Un episodio que rebasa todo límite ocurrió el 27 de febrero cuando se hizo acompañar de Soraya Córdova Morán, dirigente de una agrupación con fachada de benefactora de los pobres, en el sur de la ciudad.
La agrupación convertida en franquicia de la familia Córdova Morán ha estado marcada por un clientelismo que vivió momentos estelares con los gobiernos del PRI y PAN hasta 2018.
Detrás de las gestiones de ambos partidos floreció el ambulantaje, huachicol y despojo, así como persecución, hostigamiento y hasta ejecución de líderes sociales en la sierra norte de Puebla, quienes se habían opuesto a sus métodos de adoctrinamiento social y político.
Quienes ahora son aliados de la edil reeleccionista han recibido todo tipo de protección y la gracia de la impunidad. Eso evidencia la carpeta de investigación CD.I/14772/2017/ZC, y no obstante que la agente del Ministerio Público, Erica Morales Martínez, solicitó órdenes de aprehensión en contra de los líderes invasores de 88 departamentos al sur de la ciudad de un fraccionamiento llamado “Eleganza”, el juez Aarón Hernández Chino, a sabiendas de que se trata de líderes antorchistas, decidió negar la orden.
La invasión de los departamentos ocurrió en septiembre de 2017. Utilizaron armas de fuego. Desde entonces han traficado influencias en la Fiscalía General del Estado y Tribunal Superior de Justicia, y por todos los medios han intentado conseguir la carpeta de investigación.
A Rivera Vivanco la recibieron el 27 de febrero pasado con arengas como “¡Viva Antorcha revolucionaria!”, “¡Somos un sólo hombre, somos un sólo ideal!” que la propia Soraya Córdova transmitió en su cuenta de Facebook.
La dirigente y hermana del patriarca mayor, Aquiles Córdova, suele cuestionar a los gobiernos de la 4T a los que considera ineficaces, suele señalar la ausencia de políticas fiscales “progresistas” en los que paguen más impuestos quienes más riqueza poseen y constantemente pide “que lleguen a puestos de elección popular y dirijan a estos gobiernos, gentes (sic) que verdaderamente conozcan las necesidades del pueblo”.
No son los mejores aliados en el campo de la política. Lo han dicho en voz baja diversos gobernantes, debido a la voracidad con la que se conducen.
La presidenta municipal ya trae alianza y es resultado de la ingenuidad o de la perversidad política. En el pecado ya lleva la penitencia.
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx por Fernando Maldonado