En Zihuateutla, localidad de la Sierra Negra, la abanderada del PRI dio inicio a su campaña rumbo a la elecciones del 5 de junio, con la notable ausencia del presidente nacional de su partido
Por Mario Galeana
Grisáceo. Nebuloso. El inicio de la llamada Batalla Blanca se acompasó al clima de la Sierra Norte: grisáceo y nebuloso. Una ausencia opacó el arranque de campaña de la candidata del PRI a la gubernatura: la de Manlio Fabio Beltrones Rivera.
La presencia del presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista se tenía contemplada semanas atrás, pero repentinamente el líder optó por levantar la mano del candidato priista en Oaxaca, Alejandro Murat, y no la de la abanderada Blanca Alcalá Ruiz, en la serranía poblana.
El primer día de campaña de la candidata del tricolor estuvo cubierto de simbolismos no sólo por la ausencia de Beltrones Rivera o porque eligió como escenario de arranque el municipio de Zihuateutla, donde para ella y su equipo las mujeres gobiernan, sino porque ha considerado como sus primeras victorias de campaña las acciones que el gobierno estatal emprendió en días pasados, como el reembolso de cobro de fotomultas o el pago de agua potable.
Acciones que, sin embargo, han sido vistas con recelo por sus correligionarios de partido, quienes consideran que éstas podrían influir en la jornada del próximo 5 de junio.
“Esta ya es una campaña ganadora”, dijo Alcalá Ruiz al iniciar su discurso ante unos 2 mil simpatizantes, “hemos logrado que el gobierno estatal reconozca que se equivocó en el momento en que se retiró a las juntas auxiliares el registro civil; cuando decidió que el programa de fotomultas era un programa de recaudación y no de seguridad; cuando decidió privatizar el agua como lo ha venido haciendo en la zona metropolitana”.
Alcalá Ruiz ha anunciado el primero de 25 compromisos que dará a conocer durante la campaña y que, a diferencia de su principal contrincante, el candidato Antonio Gali Fayad, no serán signados ante notario público, sino teniendo a sus simpatizantes “como testigos de honor”.
Se trata, dijo, de “recuperar el desarrollo de las regiones”, un programa en el que contempló acciones de rehabilitación de espacios educativos, reconstrucción de caminos rurales y mejoramiento en los servicios de salud de la zona.
La candidata del PRI adelantó que el próximo martes hará pública su “propuesta de visión de estado”, acto al que acudirá Beltrones Rivera. Pero su ausencia en el primer día de campaña ha dejado dudas.
Quizá por ello el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE), Jorge Estefan Chidiac, ha intentado disiparlas una y otra vez.
“Anoche me habló él (Beltrones) , pero al parecer no había condiciones para llegar en auto o para bajar en helicóptero. Ustedes mismos pueden ver cómo está el clima”, dijo.
Y el clima, grisáceo y nebuloso. Como el inicio de la llamada Batalla Blanca.
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Apenas ven su figura, la multitud de 50 personas corre hacia ella. Hombres, ancianas y muchachas corren a la par y no les importa batirse los zapatos y llenarse las faldas o el pantalón de fango, que se esparce por doquier en este predio donde el PRI ha decidido arrancar campaña para la gubernatura.
La figura se acerca, pero ellos no ceden: mantienen el paso, ríen, dejan que la brisa fina de la Sierra Norte les palme la cara.
Se sienten, tal vez, afortunados: ellos, sólo ellos, han notado la llegada de la figura y no les importa abandonar momentáneamente la carpa y las sillas y el podio y las bocinas y la música de banda que mitiga la espera del mítin.
Al fin la tienen cerca: no es una mujer, sino un hombre: un operador del Verde. Un operador del Verde que carga en las manos una caja con sombrillas.
Y la multitud lo rodea, y a ratos se ve una mano levantar un paraguas, y a ratos se ve una mano jalonear la mano con el paraguas.
El hombre hace un gesto con las palmas: “No hay más”. Y la multitud, a excepción de unos 20 que han conseguido sombrilla, sonríe con derrota. “Ya ni modo”, se escucha decir a una mujer de trenzas largas y blancas.
15 minutos más tarde, Blanca Alcalá Ruiz arribará al predio fangoso junto con la plana priista que la acompañará en su camino por la gubernatura. Pero a su llegada no saldrán multitudes impacientes.
Si los arranques de campaña pudiesen medirse por aplausos o coros, podría decirse que el de ayer tuvo un éxito medio. O un fracaso medio, según la perspectiva con que se observe.
La candidata priista prometió a sus simpatizantes cuidarlos como si de su familia se tratase, y en mitad de la promesa la voz se le ha desgarrado como antesala del llanto,
pero ni así ha despertado el júbilo total del público, compuesto de campesinos de la serranía.
Alcalá Ruiz lo intentó todo, pero puso especial empeño en hacer comparaciones socioeconómicas entre la capital y las comunidades serranas como Zihuateutla.
“Mientras que en la zona de Angelópolis estamos destinando 7 de cada 10 pesos, aquí en la Sierra Norte destinamos 80 centavos. Esto no puede seguir así. Vamos a destinar mayores recursos a la Sierra Norte”, pronunció. Pero los aplausos han sido tibios y el ondear de banderas mesurado.
El mensaje fue repetido más de una vez, aunque con cifras distintas. El presidente estatal del PRI ha dicho que el “90 por ciento del gasto” se destina a esa zona ubicada al norte de la capital.
Estefan, como a lo largo del proceso electoral, mantuvo un pronunciamiento frontal hacia el gobierno estatal de Rafael Moreno Valle.
“Hoy los vamos a sacar del gobierno de Puebla, ¿sí o no? Hoy se acabó el PAN en Puebla ¡Fuera! ¡Fuera!”, convocó el líder priista, pero el coro de la multitud priista ha durado muy poco. Acaso 10 segundos.
***
El PRI poblano busca enmendar sus errores. A diferencia del día de registro de la candidata del tricolor, esta vez el partidazo ha dejado fuera de las cámaras al exgobernador Mario Marín Torres, cuya aparición contribuyó a la estrepitosa precampaña de Alcalá Ruiz.
“Es un caso cerrado”, sostuvo el dirigente estatal priista intentando cortar de tajo cualquier pregunta referida al exgobernador.
“Es –reconoció – un distinguido priista, (que) tiene mucho que aportar al partido”.
Pero los peros han llegado de forma inmediata: “(Aunque) para nosotros hablar del gobernador Mario Marìn no es tema de campaña”.
Estefan Chidiac y Alcalá Ruiz, por otra parte, no han sincronizado sus discursos. Mientras una confía en la labor del Instituto Electoral del Estado (IEE), el otro asegura que “no hay ninguna confianza” hacia el órgano local.
—¿Confía en la imparcialidad del Instituto? –preguntaron a la candidata.
—Tenemos que confiar en que así sea. Y ustedes nos ayudarán a vigilarlo –sostuvo, aunque minutos después Estefan Chidiac dijo lo contrario:
“Llamo a la razón a los señores consejeros del OPLE (Organismo Público Local Electoral o IEE), porque el INE en otros estados ha destituido consejeros (…) No hay ninguna confianza (hacia el Instituto), pero mantendremos una gran vigilancia de su actuación”, añadió.
En lo que tanto la candidata como el dirigente estatal han coincidido ha sido en que las autoridades electorales deben validar el registro como candidata independiente de la expanista Ana Teresa Aranda Orozco, crítica del gobierno estatal.
En tanto que el PRI y Estefan Chidiac, no han hallado “razón para que el OPLE siga actuando en un margen muy dudoso de la ley. Si existiera alguna irregularidad (en la candidatura de Aranda Orozco), lo que el OPLE debió hacer fue otorgárselo y luego dar entrada, a través del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP), a alguna inconformidad de Acción Nacional”.
“Sin embargo, (los consejeros del OPLE) de nuevo actúan por consigna y actúan privilegiando las instrucciones del gobernador Moreno Valle”, lanzó el dirigente estatal.
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