Empleados y funcionarios del Sistema DIF Municipal de la administración capitalina de Claudia Rivera Vivanco recibieron la instrucción de falsificar folios y evidencia fotográfica de la entrega de las despensas que, en la pandemia, supuestamente se otorgaban a familias con necesidad, reveló Faryani Yaret Miranda Uribe, analista del Departamento de Inclusión Laboral de la Dirección de Atención a Personas con Discapacidad.
La ex funcionaria, que recientemente fue despedida con el argumento de recorte de personal, denunció también que, en esa área, en que la trabajó seis años, hay muchas y graves anomalías: acoso laboral, improvisación de los directivos, maltratos, se maquillan y engordan los precios de las requisiciones de productos, entre otras.
De todo este cúmulo de anomalías, que en su momento le hizo saber a Mayté Rivera Vivanco, presidenta del DIF municipal y hermana de la alcaldesa, Miranda Uribe consideró más elocuente, por su gravedad, la simulación en la entrega de despensas que, según versiones periodísticas, fue de entre 27 mil a 37 mil paquetes, con productos que, aunque no sobrepasan los 300 pesos de costo al mayoreo, se reportaron como una erogación de 450 pesos, por unidad.
Las despensas se entregaron, en algunos casos, con productos descompuestos, a beneficiarios duplicados y con la falsificación de la evidencia en su base de datos, describió.
También a los empleados del DIF Municipal, se les ocupó en el armado de los paquetes, sin proporcionarles cubrebocas o caretas, aunque se supone que, para esa labor, se contrató a una empresa.
Faryani Yaret hizo, desde la memoria reciente y en primera persona, una contundente relatoría: “sé que sí entregaron (las despensas), pero muchas veces así, y hasta la fecha, porque sé que siguen tratando de arreglar la base de datos, la evidencia fotográfica, porque no concuerdan… En las imágenes sale la persona con una hojita y con plumón la hoja (con el folio) y a veces no coincidían, pues ‘vamos a hacerlas coincidir’, porque eso nos ponían a hacer, por eso nos quedábamos hasta las siete u ocho de la noche, arreglando su base de datos.
“Y obviamente se va a ver, que nosotros, en computadora le modificábamos, y le poníamos con computadora el número”.
La pregunta es inevitable durante la entrevista: ¿Les pidieron falsificar folios?
“Pues con otros nombres de personas sí, con nombres de personas, y como algunas personas se les pasaba tomar fotos o no se lo qué pasaba, era aquí donde mis compañeras entraban, yo nunca participé en la toma de fotos, se tomaban las fotos con las despensas”.
También, dijo, cuando quedaban ya solamente algunas despensas, el director del CMERI (Centro Municipal de Equinoterapia y Rehabilitación del DIF, que se usó como bodega) pidió a los trabajadores que consiguieran a familiares que fueran por ellas.
El sobrecosto de las despesas, dijo Faryani Yaret Miranda Uribe, saltaba a simple vista, pues si acaso los productos que contenían “costaban 200 pesos, pero por los medios nos enteramos que dijeron que se habían gastado más de 400 en cada una”.
En algunas de ellas, recordó la ex funcionaria municipal, se entregaron alimentos en descomposición, como naranjas, zanahorias y papás.
Éstas últimas “nos hicieron limpiar las que todavía servían y así se entregaron; muchos productos se echaron a perder, es lo que yo vi en el CMERI”, agregó.
Teme por su seguridad
La joven de 29 años de edad, egresada de la carrera de comunicación por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), hoy teme por su seguridad.
Faryani Yaret Miranda Uribe asegura que no tiene filiaciones partidistas, aunque trabajó en la administración del finado Rafael Moreno Valle, como integrante del pull de prensa que acompañaba a los reporteros en las giras, y luego llegó a DIF, con la administración de José Antonio “Tony” Galy Fayad, y luego con su sustituto en la alcaldía, Luis Banck Serrato.
Ahí, narra que tuvo muchas satisfacciones en su labor en el Departamento de Inclusión Laboral de la Dirección de Atención a Personas con Discapacidad del DIF Municipal, ya que durante la anterior administración pudo conseguir trabajo a muchas personas en esta condición.
Recuerda que, entonces, hubo mucho dinamismo en esa dirección, pero hoy la administración de Claudia Rivera Vivanco, a través de su hermana, Mayté, quien encabeza el DIF, sigue montada en todo lo que dejaron Gali y Banck.
Eso, a pesar de que la inclusión y el feminismo son banderas de la actual alcaldesa, pero en realidad “no hay sensibilidad, no saben lo que es un servidor público”.
Sin misoginia ni fobias
A solicitud de Faryani, la entrevista se realizó en su domicilio, pues en estos días, luego de la denuncia que primero hizo en sus redes sociales y luego en medios, evita salir por temor “a que me vayan a hacer algo”.
Fue despedida en julio pasado, con el argumento de que había un recorte de personal, pero -coincidentemente- luego de meses de sufrir acoso laboral, en esa área del gobierno de Claudia Rivera Vivanco, en la que ha habido cuatro distintos directores, en apenas dos años que lleva la administración.
Faryani se había quejado de que no hay cuidado con los trabajadores ni se les proporcionan las herramientas y condiciones para su labor en campo, principalmente, lo que no cayó bien a sus superiores.
Tras su despido, el 14 de julio pasado, regresó esta semana que recién terminó al departamento de Recursos Humanos, para recibir los 14 mil pesos de liquidación, por sus seis años de trabajo.
Había preferido dejar pasar el tiempo, pues en principio le exigieron que firmara una carta aceptando rebeldía y faltas administrativas, que no cometió, asegura.
El día de su despedida de la que fue su casa de trabajo seis años, a Miranda Uribe ni siquiera se le permitió pasar por sus cosas.
Un agente de seguridad se las llevó a la puerta.
“Me trataron como una delincuente, con la punta del zapato, como si yo le debiera algo al DIF”.
Hoy, ya sin relación ni pendiente alguno con la institución, decidió hablar sobre las injusticias.
-¿Qué sabor de boca te queda de la administración de las hermanas Rivera Vivanco?
-Yo le escribí a Mayté el día jueves (cuando fue por sus cosas) y le dije que me voy muy decepcionada de esta administración, porque las personas que tienen al lado no tienen ni idea qué es ser un servidor público. Decepcionada, enojada, triste, porque nuestra Puebla está mal, muy mal.
Faryani Yaret hizo una relatoría larga de todo lo que vio y vivió.
En la sala de su casa, contó que en su celular guarda evidencia y se ha convertido en su mejor escudo probatorio; contiene audios, conversaciones, fotos y videos de todo lo que expone.
Mientras ofrece la entrevista, sus hijas, casi unas bebés, jugaban a su alrededor. En el comedor, a unos pasos, estuvo su esposo y otro hijo.
-¿Eres misógina?
-No. Ellos sí.
-¿Eres parte del patriarcado que descalifica a las mujeres?
-No, pero creo que ellos sí. Yo hablo de lo que a mí me pasó, mi experiencia, todo está comprobado, aquí (señala el celular) tengo pruebas de lo que digo… Yo me voy muy tranquila, de que yo hice mi trabajo.