El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no será el salvador de la economía mexicana en lo que resta de 2020, pues el mayor reto será lograr que los trabajadores tengan igualdad de oportunidades después de la pandemia del Coronavirus, aseguró Beatriz Leycegui, exsubsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía (SE).
La también socia del despacho SAI Derecho & Economía, aseguró en entrevista con 24 HORAS, que fue una buena noticia que el país haya reforzado sus lazos comerciales con EU, sobre todo en un escenario en donde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) parecía estar en riesgo por las presiones del presidente Donald Trump.
Sin embargo, advirtió que México tiene la tarea de garantizar un respeto a las inversiones nacionales y extranjeras, las cuales permitirán apuntalar el crecimiento económico que se necesitará después de la contingencia sanitaria, así como también supervisar que todas las empresas cumplan con los acuerdos en materia laboral para evitar alguna demanda internacional.
¿El T-MEC es un salvador para la economía mexicana al menos en lo que resta del año?
La verdad es que no. Se han hecho diagnósticos del efecto del T-MEC sobre las economías de estos tres países y el impacto inmediato es mínimo, porque el comercio entre estas naciones ya estaba liberalizado, es decir, se parte de una base en donde existe un completo libre intercambio, sin aranceles u otro tipo de restricciones.
Desafortunadamente las circunstancias han sido difíciles para todas las economías del mundo, entonces, independientemente del tratado, si nuestras economías no crecen, tendremos resultados negativos.
Además, han habido medidas de incertidumbre para inversionistas; independientemente del acuerdo, no se puede esperar que el T-MEC recobre la certidumbre si hay señales encontradas por parte del Gobierno, respecto al respeto de contratos que ya existían,
sobre todo en el sector energético; eso afecta a inversionistas de todos los sectores.
Tiene que haber un cumplimiento cabal con el marco legal de los tratados en sí, porque si no se respetan las reglas, el T-MEC no va a generar mayores flujos de inversión.
¿Cuál es el principal riesgo donde México puede fallar?
México contrajo obligaciones importantes en materia laboral, creo que es positivo en general porque hemos visto que muchas veces los tratados internacionales han obligado a adoptar medidas internas que, sin duda, han sido positivas para el país. Por ejemplo, cuando entró en vigor el TLCAN, el país no tenía un sistema de competencia económica o una legislación que resolviera este tipo de asuntos.
En la parte laboral hay una preocupación por parte de Estados Unidos de que México tenga condiciones adecuadas de trabajo, sobre todo les preocupa el derecho de los trabajadores para definir sus contratos colectivos y tener libertad de asociación sindical.
Es positivo que las plantas cumplan con principios y derechos de trabajadores, pero el reto es que no ha habido suficiente tiempo para que las empresas estén conscientes y vean cómo pueden implementar este nuevo régimen.
Estos puntos finalmente pueden ser un beneficio para el país, pero puede ser un riesgo si no estamos suficientemente preparados o si se abusa del mecanismo y se trata de utilizar para frenar el comercio de México.
En ese rubro, ¿sería pertinente la colaboración entre la iniciativa privada y el Gobierno?
Por supuesto; alertar sobre la importancia de que se requiere inversión en el país, ante una situación de desempleo y de caída del Producto Interno Bruto (PIB).
Es importante respetar las reglas de esos tratados. México paga caro cuando no respeta sus tratados, porque tiene que indemnizar a las empresas por los daños, pero finalmente paga caro por el efecto que se da, respecto a las empresas que ya no quieren invertir en el país.
¿Cuáles son los puntos débiles de México en el Tratado?
El T-MEC protege menos al inversionista contra medidas que pueda tomar el estado. En general, el tratado limita la cobertura de protección a prácticamente todos los sectores económicos, con lo cual solamente cinco sectores tendrán protección completa bajo el acuerdo.
Es decir, de todas las obligaciones que México contrajo en el TLCAN, (éstas) sólo se reconocen para el sector de hidrocarburos, energía eléctrica, telecomunicaciones, infraestructura y transporte; ellos tienen cobertura amplia contra todo para que exista un
trato equitativo trinacional.
Desafortunadamente para la gran mayoría de los inversionistas, solamente tendrán protección bajo el nuevo tratado en términos de trato nacional.
Dada la coyuntura actual, ¿es buen momento para que entre el T-MEC?
Sí, es el plazo que estaba previsto. La meta era que el tratado se pusiera en vigor lo más pronto posible para aminorar un poco el riesgo de que Trump hiciera cosas contra México.
Entonces, quizás nos blindó un poco, porque entre más pronto tengamos un tratado en el que el presidente de Estados Unidos esté conforme y de acuerdo con él, eso reduce un poco la amenaza de que nos impongan aranceles.
El problema es que en un año electoral, ya hemos visto, así se ha dicho, su piñata favorita hemos sido nosotros. Ha visto que le capitaliza electoralmente atacarnos de diferentes maneras.
Desafortunadamente ese es un riesgo adicional que tenemos este año por la cuestión de que está en campaña.
Desde que entró Trump manifestó que no le gustaba el tratado, y entonces pasamos por momentos críticos en la relación comercial; se ha dado mucha incertidumbre, pero haber logrado un tratado, que pudo ser más ambicioso, respecto a lograr una mayor integración en la región, su mérito es haber preservado lo que ya se tenía.
Frase:
“No se puede esperar que el T-MEC recobre certidumbre si hay señales encontradas por parte del Gobierno, eso afecta a inversionistas de todos los sectores”