La séptima visita de AMLO a Puebla este miércoles no será de cortesía. Para quienes piensan que no existen motivos de su llegada, se equivocan.
La rendición de cuentas del desmoronamiento del estado es la principal.
El Presidente viene a corroborar el mal gobierno estatal. También la desaprobación y repudio de los poblanos a la administración barbosista.
AMLO viene a pedir cuentas del desastre de 10 meses de golpes bajos. Con oportunidad, las pruebas llegaron a su escritorio. El delegado de Morena en Puebla, Carlos Alberto Evangelista, lo puso en antecedentes desde la primera semana de su llegada a la entidad.
Los sellos de corrupción, nepotismo, soberbia y prepotencia, principalmente, lejos están de representar a los colores de Morena. Carlos Evangelista es secretario de Combate a la Corrupción del CEN y fue lo que más detectó de inmediato.
Otros puntos importantes que requieren de una rendición de cuentas satisfactoria, sin duda, son los inútiles pleitos con gente del mismo partido.
Las represalias contra la edil capitalina Claudia Rivera rebasaron los límites.
El golpeteo “por sistema” a AMLO, de comunicadores locales al servicio del gobierno poblano, es una factura aparte. Urge una explicación convincente de quien dicta línea mediante las dádivas correspondientes.
En resumen, la visita de hoy del Presidente lejos estará de la cortesía de la última del 4 de enero a Pahuatlán. Nada favorable luce el panorama para quien equivocó el camino para gobernar a Puebla.
¡Los enemigos hicieron mella!
¡La envergadura de AMLO se cuece aparte!
¡Perder su apoyo será catastrófico!
¡El papel de “sí, señor; lo que diga, señor”, será determinante!
REPORTE DEL INFORMANTE
Renuncias obligadas. La Entrega anunció el 13 de mayo sobre más renuncias en el gabinete. La desbandada de funcionarios de la administración estatal tiene un común denominador: el hartazgo de abuso de poder y la falta de respeto en público. La dimisión de Jorge Humberto Uribe Téllez a la Secretaría de Salud no será la última.
Otros servidores públicos redactaron hace meses sus renuncias. No están dispuestos a soportar complejos de superioridad.
Uribe Téllez cayó en la trampa. Su condición de caballero -consta al personal de esa secretaría- impidió contestar como debía. Aguantó lo inaguantable antes de mandar todo al demonio.
Para evitar presencias indeseables, optó desde hace dos semanas no acudir a las conferencias mañaneras. El reporte de decesos e infectados lo hizo vía enlace desde su oficina en el tercer piso de El Hospitalillo.
¡Ningún gobernante sabe más de medicina que un médico!
¡El protagonismo es defecto, nunca virtud!
SECRETARIO NO SERVIL
El doctor José Antonio Martínez García lejos está de necesitar a la Secretaría de Salud, y menos al gobierno estatal.
Nació con su futuro asegurado. Al menos en lo económico. Y en lo profesional ha sabido labrarse su propio destino.
Desde su infancia se rozó con el poder político y económico. Nieto del ex gobernador de Quintana Roo, Daniel García de la Ribera (1930), es hijo de MiguelMartínez Villalpando, ex secretario de Salud en ese estado y en Guerrero (y director del ISSSTEP en Puebla), y de Lizeth García, empresaria en el sureste del país.
¡Todo lo tiene!
¡Aceptó por vocación de servicio!
¡Nada más, que quede claro!