Puebla está en rojo, no sólo por el alto riesgo de contagio al Covid-19 sino por la débil economía al arrancar el año, lo cual podría suponer una caída más pronunciada después de la contingencia sanitaria.
Los indicadores de la organización nacional México, ¿Cómo vamos? reflejan que las autoridades estatales han sido incapaces de cumplir sus propias metas durante los primeros tres meses de este 2020.
Los puntos más graves describen que el crecimiento económico de Puebla descendió al -3.9% (cuando la meta era de 4.5% anual); una generación de empleos formales acumulados de -6 mil 503, motivado principalmente por la crisis de coronavirus; un bajón en la productividad de $105 a $102 pesos producidos por hora trabajada; una pobreza laboral de 41.7%; y el crecimiento de la informalidad al 66% de la población económicamente activa.
Aunque no todo es color hormiga.
El semáforo amarillo corresponde a los últimos tres rubros medidos por la organización: una deuda pública que se mantuvo estable con el 1%; un incremento en la desigualdad laboral y el porcentaje de la población ocupada en el gobierno, que pasó de 1.9% a 2.8% durante el primer trimestre del año.
Con estos números, el panorama para Puebla no es nada alentador para afrontar la crisis que deja la contingencia sanitaria de Covid-19.
Obligados por sus finanzas, cientos de negocios cerraron sus cortinillas, dejando en la orfandad a sus trabajadores y con ello, empeorando las condiciones de vida de las familias poblanas.
Entrar en la Nueva normalidad no significa el regreso a la vida cotidiana, sino en volverse a adaptar a las condiciones postCovid, donde hay un débil sistema económico, falta seguridad social y servicios de salud, así como empleo, desarrollo y educación. No será fácil.
Ante ello, los gobiernos estatal y municipal en Puebla han dispuesto medidas para contener esta crisis; sin embargo, bajo los preceptos de la Cuarta Transformación, los programas y disposiciones continúan como aspirinas y paliativos ante una inminente depresión económica.
Los gobiernos emanados de Morena han demostrado, con ello, ser incapaces para sortear las crisis. Y no por quienes lideran el proyecto de país, sino por la falta de experiencia para pasar del activismo a la acción gubernamental.
BOCANADA
La tarde de ayer, mientras en Casa Aguayo degustaban unos Huevitos de Cazuela, más de mil 500 cuentas de Twitter vinculadas a la organización Antorcha Campesina, en todo el país, lograron posicionar el hashtag #CreceElHambre dentro de las tendencias nacionales.
En esta conversación, en la que predominó el sentimiento negativo con un 87% en contra del gobernador poblano, los antorchistas denunciaron supuestas irregularidades en la entrega de despensas para personas de escasos recursos.
El resto de las publicaciones, vinculadas a las cuentas del gobierno de Puebla, descalificaron la jornada y acusaron intereses personales de los líderes de la organización campesina más grande de México.