La sucesión presidencial de 2024 no inicia en 2021 ni en 2022, mucho menos en 2023.
La carrera sucesoria arranca al minuto de haber tomado posesión el mandatario nacional.
Así ha sido desde la era callista en 1924.
Sí, la de Plutarco Elías Calles, cuyo nombre verdadero fue Francisco Plutarco Elías Campuzano, oriundo de Guaymas, Sonora, y militar de carrera que gobernó a México de 1924 a 1928.
En ese entonces la Presidencia del país era de cuatro años.
Y Plutarco ejerció férreo control y manejó las sucesiones presidenciales de Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez.
Hasta que llegó el general Lázaro Cárdenas del Río –primer presidente de 6 años (1934-1940)– y desterró al también general Elías Calles.
Pero esa es otra historia.
Vayamos a la historia actual.
A la del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que inició el primero de diciembre de 2018 y concluirá el último día de noviembre de 2024.
Y desde el primer día decembrino de López Obrador… arrancó su sucesión.
Así ha sido desde el siglo pasado.
Y así será durante el siglo XXI.
MONREAL-SHEIUBAM-EBRARD LA TERNA DE AMLO
Desde el arranque del primer mandato de la 4-T de Morena, una terna se perfiló para ir en busca de la sucesión del primer mandatario del Sur de México… Tabasco.
¿Quiénes?
Una mujer y dos hombres.
Claudia Sheinbaum Pardo.
Ricardo Monreal Ávila.
Marcelo Ebrard Casaubón.
Durante 2019 los astros se alineaban con el líder de la bancada morenista en el Senado de la República, Ricardo Monreal, quien pese a no tener la mayoría absoluta en la Cámara alta sacó las reformas de López Obrador.
Y el futuro de Claudia Sheinbaum era incierto y desolador, pues el crimen organizado asolaba Ciudad de México.
Y Marcelo Ebrard pasó casi desapercibido como canciller.
Más el cierre del año pasado empezó a dar luz a Ebrard e inició su despegue político-mediático.
Llegó 2020 y la implosión del coronavirus.
Doña Claudia optó por plegarse a los dictados políticos de López Obrador.
Don Ricardo despareció de la escena política.
Y don Marcelo se convirtió –en los hechos– en el jefe de gabinete de Andrés Manuel al desplazar a Olga Sánchez Cordero, titular de Gobernación; al secretario de Salud, Carlos Alcocer, y al titular de Hacienda, Arturo Hernández Gutiérrez.
De ahí que al corte de hoy, Marcelo Ebrard se perfila para hacerse de la candidatura presidencial de 2024.
Vale aclarar:
Claudia Sheinbaum es la mujer de las mayores confianzas y afectos de López Obrador, como lo demostró al descarrilar la aspiración del zacatecano Ricardo Monreal al gobierno de Ciudad de México para abrirle paso a ella en la nominación de 2018.
Para evitar que Monreal abandonara el barco obradorista, recibió la plurinominal del escaño senatorial y el liderazgo de la poderosa bancada de morena en la Cámara alta.
Amén que Marcelo Ebrard demostró su lealtad a López Obrador en 2012, cuando siendo jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, ya que pese haber ganado la encuesta para ser abanderado del PRD a la Presidencia de México… cedió el paso a Andrés Manuel.
Los comicios de 2012 los ganó el priista Enrique Peña Nieto y el Distrito Federal el perredista Miguel Mancera Aguayo, quien desató una cacería contra Ebrard obligándolo a exiliarse en París y después en Estados Unidos.
Pero el destino le tenía una sorpresa en 2018 al ganar López Obrador la Presidencia y con ello el retorno triunfal de Ebrard.
En la próxima entrega se expondrá la raíz de Claudia Sheinbaum, su casamiento y divorcio de Carlos Imaz, activista de la UNAM, su nuevo amor.
Y de ser ella la elegida al 2024, sería la primer mujer en gobernar México y la primera descendiente de judíos en mandatar a la nación.
¿Llegará…?
Al tiempo.