El repentino interés de las autoridades por la pandemia del Conavid-19, luego de la grotesca postura de desinterés, obedece al número de infectados. Puebla fue de los primeros estados donde se desató el contagio.
El número de contagiados en el estado, va más allá de las cifras mencionadas por el secretario de salud, Humberto Uribe Téllez. De acuerdo con el funcionario son 159, de las cuales personas fallecieron.
De manera extraña a la contabilidad no ingresaron 21 casos en el nosocomio de Izúcar de Matamoros, aparte de los 7 nombrados por el secretario.
En Izúcar de Matamoros, la situación en la población es de pánico. Después de la capital poblana con 97, sería el municipio con más contagios 19; 18 en San Andrés Cholula; 4 en San Pedro Cholula y 5 en Tulcingo de Valle.
De acuerdo con un empleado del hospital general de Izúcar, el número de infectados es mayor. Nadie hace ni dice nada por temor a represalias. La ayuda médica no es suficiente por el número de infectados.
El virus nos relata el trabajador del hospital, inició con la llegada de un doctor de los Estados Unidos. La infección empezó en el nosocomio y empezó a expandirse en las comunidades.
Izúcar de Matamoros, está a un paso de superar la emergencia sanitaria. Urge apoyo médico y medidas más estrictas para evitar una tragedia de proporciones mayúsculas.
Hay dos posibilidades en cuanto a la información real del numero de contagios en Puebla. Al secretario de salud lo engañan. O no revela la realidad del problema.
Reporte del Informante
Defensa pueril. Los mensajes triviales de los gobernantes respecto al Covid 19 son tan dañinos como el mismo virus. No tomar en serio el peligroso contagio es jugar con la vida.
La comunicación equivocada para ocultar o defender lo indefendible, es tan criminal como el Coronavirus. El momento de la verdad para México y los poblanos ya llegó.
La información verídica del peligro, no admite trivialidades. La irresponsabilidad de los comunicadores al pasar por alto los desatinos por intereses monetarios. Es similar a la actitud pueril.
El peligro y contagio no es un juego. La salud pública debería estar por encima de los pesos que reciben algunos comunicadores. Y sobre todo, aquellos que se erigen como críticos.
La desvergüenza del silencio los evidencia como amenazas.