De acuerdo con el último reporte de Art Basel & UBS Global Art Market, firma especializada en el mercado mundial del arte, el valor mundial de este sector fue estimado en 67.4 mil millones de dólares (mdd) durante 2018, para alcanzar un crecimiento de 6%, el segundo nivel máximo en los últimos 10 años. Los países con mayor participación en esta industria son Estados Unidos, Reino Unido y China.
En México el arte es un tema vigente. Tan solo en la Ciudad de México hay 159 museos según el Sistema de Información Cultural (SIC), y es la entidad con mayor cantidad de espacios, seguida por Jalisco y el Estado de México. Asimismo, el INEGI reportó una afluencia superior a los 67 millones de visitantes a nivel nacional durante 2018.
Esto aunado a que las piezas de artistas mexicanos son altamente valoradas en el mundo. La pintura de Diego Rivera “Paisaje de Fontenay” fue cotizada hasta en 21 mdd. Mientras que el cuadro “Retrato de una mujer de blanco” de Frida Kahlo fue subastado por 5.8 mdd en Nueva York. Otro ejemplo es el famoso cuadro de Rufino Tamayo titulado “El Trovador”, adquirido por alrededor de 7 mdd en 2008.
Construir una colección privada requiere documentarse, investigar y asistir tanto a subastas como a galerías, con el objetivo de conformar un acervo propio. La colección más valiosa del mundo fue tasada en tres mil mdd, y en México existen acervos que pueden superar hasta los 100 mdd. Por ello es indispensable proteger la inversión realizada en este tipo de piezas.
Las necesidades de protección de las piezas varían dependiendo del perfil de la institución o persona que las posea, así como de las condiciones del lugar donde estén exhibidas o resguardadas. Los elementos a considerar por un museo (como el embarque de grandes volúmenes, la cantidad de visitantes o tener objetos a préstamo) son distintos a los presentados en una galería, donde hay un constante movimiento de los cuadros y esculturas que implica manipularlas con regularidad.
Hace unos días, una obra del artista mexicano Gabriel Rico sufrió un percance durante la exposición de arte más reconocida de Latinoamérica. Antes de ser destruida por completo la pieza “Nimbre and Sinister Tricks” tenía un precio de lista de 20 mil dólares. Es importante tomar en cuenta que en este tipo de ferias existen factores de riego distintos: una mayor afluencia de visitantes y las obras se exhiben en un periodo de tiempo limitado.
La cobertura que brinda un seguro general por daños puede omitir las particularidades que ocurren en el mercado del arte. Por ejemplo, existen colecciones cuyas piezas, en el mejor de los casos están aseguradas bajo el concepto de contenido, valorándolas en el mismo rubro de una pantalla o computadora.
Debido al valor cultural y monetario de las obras que por siglos diversos artistas han producido, AXA tiene más de 50 años de experiencia en la protección de piezas de arte en el mundo. Hoy salvaguarda el acervo de más de 4,000 clientes en el mundo y alrededor de 1,000 en Norteamérica. Cuenta con coberturas especializadas, creadas para atender las necesidades específicas de museos, galerías, exposiciones, colecciones corporativas y colecciones privadas.