Carlos Monsiváis es el autor de una frase que cabe bien en esta historia:
“O ya no entiendo lo que estaba pasando o ya pasó lo que estaba entendiendo”.
En una reciente entrevista callejera, Julio Glockner, secretario de Cultura del gobierno del estado, confirmó un dicho mío y, a los pocos segundos, lo contradijo.
El tema era Lourdes “Lula” Roth: la Amalia Hernández de por aquí cerquita.
El hipócrita lector recordará que la semana pasada adelanté que la altísima funcionaria había sido echada de la dependencia por órdenes del gobernador Miguel Barbosa Huerta, una vez que trató muy mal a los integrantes de la banda de Santa Rita Tlahuapan y de la Filarmónica 5 de Mayo.
Glockner aceptó que Lula ya no trabajaba en Cultura, con lo que me dio la razón.
Pero inmediatamente me acusó de estar mal informado.
Vean sus mercedes:
“Lourdes era una funcionaria muy importante para mí por la experiencia que tiene, por la seriedad, la institucionalidad con la que actúa (…) Yo la estoy sintiendo como una ausencia que no es fácil de remplazar”.
(Aunque siempre queda la posibilidad de que la convierta en consultora por abajo del agua, como era su plan).
Y es aquí donde me acusa de estar mal informado:
“La salida de Lula es muy compleja porque tiene que ver con intrigas internas, con muy mala voluntad, distorsión de su trabajo (…) El periodista Mejía está mal informado, definitivamente hizo un comentario muy poco atento con una persona que tiene una trayectoria y una institucionalidad a toda prueba, y ella tiene las pruebas de que no actuó de una manera incorrecta”.
Una de dos:
O estoy mal informado o soy muy poco atento.
(A Lula, me dicen, no le gustó que la comparara con Amalia Hernández).
No está mal que Lula tenga trayectoria y una institucionalidad “a toda prueba”.
El conflicto está en el “modito” con el que trató a los músicos arriba citados.
Algo me encanta de la declaración del secretario:
“Ella tiene las pruebas de que no actuó de una manera incorrecta”.
Es decir: Lula tiene otros datos.
Lástima que esas pruebas no las presentó cuando, después de despedir a los 80 integrantes de la Filarmónica 5 de Mayo, tuvieron que entrar al rescate David Méndez, a la sazón subsecretario de Gobernación, y Melitón Lozano, secretario de Educación Pública.
Por instrucciones del gobernador Barbosa, los funcionarios arreglaron el conflicto que provocó la multicitada y multifacética Lula: la bailarina-consultora a la que tanto defiende Julio Glockner.
Cierro con una frase dicha por el gobernador recientemente:
“No quiero calificar porque si califico voy a descalificar”.