Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo
Dos procesos que están en marcha nos darán la pauta de la forma en que se va a gobernar en Puebla durante los próximos cinco años.
Ambos son claves, aunque están en manos del Congreso, y tienen una incidencia muy importante para saber si habrá un cambio en el ejercicio del poder o se mantendrán las mismas formas de siempre, pero con diferentes personas.
Estos dos procesos son: la designación del nuevo presidente de la Comisión de los Derechos Humanos y también la selección de quien será el nuevo auditor mayor del estado; ambos nombramientos, reitero, claves para saber hasta dónde se van a modificar las formas de ejercer el poder.
Tradicionalmente, aunque ambos organismos supuestamente son autónomos es el gobernador en turno quien suele palomear a estos personajes a través de la “línea” hacia el Congreso local, que inclina la balanza hacia el favorito del mandatario estatal.
Lo anterior hace que el elegido quede subordinado a las decisiones del Ejecutivo poblano en dos temas sumamente delicados, como son el respeto a los derechos humanos y la revisión de las cuentas públicas de los tres niveles de gobierno.
En los hechos, los titulares de la Comisión como de la Auditoría actúan como un empleado más del mandatario, lo que no permite que realicen cabalmente su labor y terminan subordinándose a las decisiones del gobernador.
Habrá que seguir muy de cerca el proceso de selección de ambos personajes, tanto el del nuevo ombudsman, como el de quien será el nuevo auditor mayor, posición de suma confianza y muy cotizada por el poder que representa.
El Congreso, sobre todo los diputados de oposición, estarán a prueba y observados bajo lupa porque, aunque constituyen un grupo minoritario, sin duda jugarán el papel de contrapeso, aun contra los esquiroles que ya se sumaron plenamente a Morena y a sus aliados.
Por supuesto, habrá que observar a la bancada de Morena para identificar si reciben “línea” por parte del Ejecutivo o si tienen la habilidad suficiente para no dejar al descubierto al favorito de Casa Aguayo.
Los procesos de selección de ambos personajes están en marcha y habrá que ver, insisto, cómo se comporta la oposición: si como comparsas y a cambio de qué, y si la bancada mayoritaria, la de Morena y sus aliados, al menos tratan de cubrir las apariencias.
Por lo pronto, el proceso de selección de ambos personajes está en marcha y será clave para saber si hay un cambio en el ejercicio del poder, con órganos autónomos independientes o solo vemos más de lo mismo.
EL SEGUNDO INFORME DE ESPARZA
Circulan las invitaciones para el segundo informe de labores del rector de la máxima casa de estudios de Puebla, Alfonso Esparza Ortiz, a celebrarse, como ya es tradición, el 4 de octubre en el auditorio del Complejo Cultural Universitario de la BUAP.
Esparza Ortiz rendirá el segundo informe correspondiente al segundo periodo del académico al frente de la universidad, los cuales se han caracterizado por la estabilidad, pero también por la firmeza del rector ante las presiones del exterior.
Alfonso Esparza ha sabido “navegar” en las turbulentas aguas poblanas, agitadas por el morenovallismo, tranquilizadas por el galicismo, enturbiadas por la elección de 2018 y el interinato, siempre anteponiendo la autonomía universitaria.
El rector rendirá su informe en el marco del inicio de una nueva administración emanada de un partido político diferente a los dos que con anterioridad habían gobernado.
La BUAP es un factor fundamental para mantener la estabilidad en el estado, nadie debe perderlos de vista, aunque la 4T luce todopoderosa y hasta avasalladora, aún necesita de valiosos aliados para que no se descompongan más las cosas.
La máxima casa de estudios estatal entra en un momento clave, el segundo periodo del rector Esparza; sin duda, deberá marcar el rumbo de su sucesión, la cual será vital para el futuro de esta institución, en el marco de la todopoderosa 4T.