La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Rodrigo Abdala y su clan laboral no sólo están al frente de la Delegación de los Programas Integrales de Desarrollo en Puebla.
Ahora también promueven, usando la plataforma del gobierno federal, a Bertha Luján, quien aspira a suceder a Yeidckol Polevnsky en la dirigencia nacional de Morena.
Los anteriormente llamados “Servidores de la Nación” (conformaron las brigadas de encuestadores para recabar la base de datos de los beneficiarios de los programas sociales) sirven ahora a los fines particulares de la madre de Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo en el gobierno de López Obrador, al decir de fuentes ligadas a ellos, que pidieron la gracia del anonimato.
En el equipo poblano de Luján también figuran David Rivera Vivanco y Eloísa Vivanco, hermano y madre de la presidenta municipal de Puebla.
Claudia Rivera —aseguran esas mismas fuentes— también apoya a Bertha Luján de Alcalde.
En abierta violación a las leyes que prohíben el desvío de recursos humanos y materiales en favor de un partido político o, en este caso, una aspirante a la dirigencia nacional, los siervos de Abdala, y él mismo, orientan sus esfuerzos en posicionar a Bertha Luján a través de los recursos públicos que manejan.
Desde sus redes sociales camufladas, promueven a Luján mediante encuestas hechizas que sólo buscan meter su nombre en las cabezas de los militantes de Morena ante una eventual elección interna.
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Los Siervos de Abdala
Además de Rodrigo Abdala —quien sigue manteniendo rezagos en los censos del bienestar—, los operadores de Bertha Luján en Puebla son:
César Addi Sánchez Salinas, secretario particular.
(Sin que hasta el momento se tengan registros de su título profesional, este personaje era conocido hasta hace poco por su adicción a la fiesta).
Iztac Hernández Quiterio —suplente del gris diputado federal Alejandro Carvajal—, Joshue Uriel Figueroa Blazquez y José Manuel Vera Salgado.
(Todos ellos vienen del equipo que formó en su momento Abelardo Cuéllar, próximo secretario del Trabajo).
Este grupo opera como en sus tiempos de “Servidores de la Nación” y actuales funcionarios de la Delegación de los Programas Integrales de Desarrollo en Puebla.
Es decir: con los enlaces distritales de Morena que fueron nombrados directamente por Abdala en el estado.
Ellos, pues, son el vínculo político, laboral, económico —y ahora electoral— con el Súper Delegado.
En una columna anterior compartí con el hipócrita lector que una vez que Miguel Barbosa Huerta asumió la candidatura a la gubernatura de Morena en Puebla, Abdala y sus siervos se fueron quedando atrás.
La tarea de organización electoral —encomendada por el propio López Obrador— quedó a deber notablemente.
Este grupo también tuvo la responsabilidad de registrar la estructura electoral del estado ante el INE, así como monitorear los municipios que operaban para ellos.
¿Cómo lo lograron?
Chantajeando a los candidatos sobre la responsabilidad de triunfar en las elecciones.
Presumían ser los enlaces directos con López Obrador y aseguraban desde entonces que tendrían el control de las dependencias federales.
La arrogancia y el despotismo de este grupito sólo es similar a la ineptitud que mostraron todo el tiempo.
Faltaba más: ellos fueron los culpables en la elección antepasada de que Morena no tuviera en Puebla las actas de escrutinio al final de la elección.
Hoy están de cabeza trabajando en favor de Bertha Luján.