Por: Agencia Notimex
El tabaquismo pasivo en el hogar o el trabajo se relacionó con un aumento del 13 por ciento en el riesgo de hipertensión (presión arterial alta), y vivir con un fumador más de 10 años, lo incrementó a 17 por ciento, reveló un estudio realizado por la Universidad de Sungkyunkwan, de Seúl, República de Corea.
Hombres y mujeres no fumadores fueron igualmente afectados, aunque la posibilidad de padecer presión arterial alta (hipertensión) aumenta a mayor duración del tabaquismo pasivo, incluso las cantidades más bajas son peligrosas, subrayó Byung Jin Kim, uno de los autores de la investigación, cuyos resultados se presentaron en un congreso médico en Italia a principios de mayo.
Los participantes con hipertensión fueron 4 por ciento más propensos a estar expuestos al humo de segunda mano en el hogar o en el trabajo que aquellos con presión arterial normal.
La presión arterial fue más alta en personas expuestas al humo pasivo en el hogar o en el trabajo (7.2 por ciento) en comparación con quienes no estuvieron expuestos.
Investigaciones anteriores han sugerido una relación entre el tabaquismo pasivo y la hipertensión en los no fumadores. Pero la mayoría de los estudios fueron pequeños, se limitaron a las mujeres y usaron cuestionarios autoinformados en los que los encuestados generalmente informan excesivamente de no fumar.
Este es el primer estudio grande que evalúa la asociación entre el humo de segunda mano y la hipertensión en personas que nunca han fumado, verificadas por los niveles urinarios de cotinina, el principal metabolito de la nicotina.
El análisis incluyó a 131 mil 739 nunca fumadores, un tercio de hombres y una edad promedio de 35 años.
Los resultados sugieren que es necesario mantenerse completamente alejado del humo de segunda mano, no sólo de reducir la exposición, para protegerse contra la hipertensión, dijo el científico.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la presión arterial alta fue la principal causa de muerte prematura en el planeta, pues representó casi 10 millones de defunciones en 2015.