Por: Mario Galeana

El candidato Miguel Barbosa Huerta dijo que la campaña negra que han desatado en su contra Alejandro Armenta Mier y Alejandro Rojas Díaz Durán no podría realizarse sin la venia de Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Gobierno del Senado de la República.

En entrevista para Radio Fórmula, el candidato de la alianza Juntos Haremos Historia aseguró que no entiende porqué Monreal Ávila ha lanzado una ofensiva en su contra.

“Quiero cuidar el nombre de Monreal. No entiendo por qué ha asumido una posición tan dura en mi contra. Nunca he tenido ninguna rispidez con Monreal. Así que no entiendo muchas cosas, y no sólo eso, son otras cosas de índole política y jurídica que Monreal asume contra mí. No lo quiero vincular, pero sí, son gente muy cercana a Monreal, no darían un paso sin que lo supiera, y me refiero a Alejandro Rojas Díaz Durán y Alejandro Armenta”, dijo.

Además, recalcó que Armenta Mier le pidió la destitución de Fernando Manzanilla Prieto de la Secretaría General de Gobierno (SGG), a pesar de que no posee ninguna injerencia en la administración de Guillermo Pacheco Pulido.

“Yo le dije que no iba a hacer ningún acuerdo con este gobierno del que ni soy parte, ni del siguiente gobierno (…) Me pidieron que Manzanilla saliera de la Secretaría General de Gobierno de este periodo, y seguramente me iban a pedir la Secretaría General de mi gobierno”, explicó.

Asimismo, acusó que la denuncia que Díaz Durán presentó en su contra por presunto enriquecimiento ilícito forma parte de una estrategia para manchar su campaña con los mismos argumentos con los que se le acusó durante el proceso electoral del año pasado.

“Toda guerra sucia ensucia y afecta, sin duda. Pero tengo mediciones nacionales y locales en las que voy 33 puntos arriba. Esto que hacen en contra mía es la guerra sucia de hace un año, de un tema viejo que está aclarado. No me distraigo con este tipo de cosas, aunque no dejan de impactarme y no sé cuántas cosas más podrán decir”, reprochó.

Además, aseveró que se encuentra en buen estado de salud, salvo en la movilidad, donde ha tenido que echar mano de una persona para que lo ayude a caminar en los mítines y, de esta forma, evite ser derribado por la multitud.