Con cambios físicos y mentales desde su aparición en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con tan solo 16 años, el mexicano Osmar Olvera cumple hoy 20 años y se perfila como una de las cartas fuertes con aspiración a medalla de la delegación nacional en París 2024, clasificado para las pruebas de plataforma tres metros individual y en pareja, así como la de 10 metros sincronizados.
Desde la conquista de dos metales de plata en el Campeonato Mundial de Natación en Fukuoka 2023, y posteriormente el primer oro individual en Doha 2024, el clavadista reconoce que el haberse ubicado en medio de los representantes chinos Wang Zongyuan y Long Daoyi, le dio un reconocimiento internacional y con ello la atención en su figura ha crecido exponencialmente.
“He aprendido a convivir con la presión y a hacerme amigo de ella de alguna forma. Hay una frase que gusta mucho en ese sentido que dice que los diamantes se forjan bajo presión y todos los atletas que queremos ser grandes, tenemos que someternos a eso, afrontarlo y salir adelante”, describió Osmar en entrevista para 24 Horas.
Admirador de las carreras que en su momento lograron Iván García, Germán Sánchez, Paola Espinosa y Alejandra Orozco, Osmar se inspira en generaciones mexicanas e internacionales, aunque con una admiración particular para el mexicano Joaquín Capilla, histórico representante en dicha materia, con cuatro preseas olímpicas entre Londres 1948, Helsinki 1952 y Melbourne 1956.
Aunque desde chico y en tono de broma él decía que quería derrotar a los chinos, su desarrollo en los clavados lo han llevado a comprender que dicha nación es la potencia histórica en la disciplina. “Todo inició en Londres 2012 viendo las competencias y ver que ellos estaban en primer lugar. Conforme fui creciendo entendí que ellos eran la competencia y también descubrí que ya han habido quienes les han ganado y eso me motiva aún más”.
Considerado un perfeccionista en sus clavados y los entrenamientos, Osmar convive con esa obstinación que lo hace practicar sus lanzamientos y no dejar de hacerlo hasta quedar conforme con sus ejecuciones, aunque está consciente que muchas veces no es lo más sano tal grado de terquedad.
“Todos los deportes tenemos esos conceptos en común de repetición constante y hacer los ejercicios hasta que te salen, pulir cada detalle y que salga de la mejor forma para que ya en competencia todo es más fácil” destacó.
Aficionado al futbol americano por influencia directa de su padre, Sergio Olvera, jugador histórico de las Águilas Blancas del Instituto Politécnico Nacional y también con un gusto por las artes marciales mixtas, Osmar mantiene gustos diversos cuando está afuera de las albercas, para incluso desarrollar una afición por la cocina.
“Nunca he perdido esa pasión por los clavados. Desde que inicié a los cuatro años me encanta lo que hago y lo disfruto como no tienen idea. Hay días en los que no tengo ganas de hacer nada pero apenas empiezo a entrenar no hay nada que me pare y creo que es por eso que nunca lo he dejado de disfrutar”, afirmó.
Clavadistas mexicanos clasificados a París
Osmar Olvera 3 metros individual
Rodrigo Diego 3 metros individual
Aranza Vázquez 3 metros individual
Kevin Berlín 10 metros individual
Randal Willars 10 metros individual
Alejandra Orozco 10 metros individual
Gabriela Agúndez 10 metros individual
Osmar Olvera y Rodrigo Diego 3 metros sincronizados
Osmar Olvera y Kevin Berlín 10 metros sincronizados
Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez 10 metros sincronizados.