Vivienda particular, baño público, criadero de cerdos, cuartel militar y sede de Gobierno, todo esto ha sido Casa Aguayo, testigo de la historia y desarrollo de la ciudad de Puebla desde el siglo XVI o quizás XVII, cuando fue construida.
La fecha exacta de su edificación no es clara, pero comenzó como una casa particular, recordó la especialista en Patrimonio Histórico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Dolores Dib Álvarez.
“En primera, podemos decir que está ubicada en la zona fundacional de la ciudad, eso es muy importante”, destacó.
Casa Aguayo está en la 14 Oriente, “lo que era el antiguo Camino Real a Puebla, entonces era una de las entradas de la ciudad.
“Sabemos que ahí, en esa zona fue la primera fundación de la ciudad, y cerca de donde está la parroquia de la Cruz, donde también sabemos que se celebró la primera misa en la ciudad, el 16 de abril de 1531”, detalló Dib Álvarez.
El inmueble lleva el nombre de su antiguo propietario, el capitán y regidor Juan Martínez de Aguayo, quien llegó a Puebla en el siglo XVI y convirtió el inmueble en un lugar para almacenar granos y alojar temporalmente ganado porcino, lo que hizo que la gente comenzara a llamarle “la marranera”.
Como muchas construcciones antiguas de la ciudad, Casa Aguayo fue ampliada y demolida, hasta quedar en la versión actual que es de finales del siglo XVII y principios del XVIII.
“Es muy grande, tiene un patio central (…) era una casa habitación y luego ya en el siglo XVIII, para 1735, aparece como propietaria Micaela Pérez de Aguayo, era su esposa o su familiar y por eso se le dice la Casa de Aguayo, o la Casa de la Aguayo”.
Usos de Casa Aguayo
Dolores Dib Álvarez explicó que en el siglo XIX “se dice que ahí se instalaron unos baños, los baños de Armenta, ahora este apellido pues está en boga; se sabe que perteneció a un señor que era tejedor y que puso ahí los baños y se llamaba Francisco de Armenta, para después heredársela a familiares”.
La académica dijo que el inmueble ha tenido muchos usos a lo largo de su historia, porque fue casa habitación, baños, criadero de cerdos y también sede de la milicia.
“Ahí la utilizaron como cuartel y luego se convirtió en vecindad para la familia de los soldados (…) fue todavía hasta los últimos años, digamos, en que tuvo ese uso, hasta los años 80 del siglo pasado”.
Casa de Gobierno
En 1987, el entonces gobernador Mariano Piña Olaya transformó Casa Aguayo en las oficinas administrativas del Gobierno estatal. Posteriormente, durante la gestión de Melquiades Morales Flores, se restauró y remodeló para convertirse en la sede del Poder Ejecutivo.
“Ya es cuando se mudan del antiguo Palacio de Gobierno a Casa Aguayo, ya que la Casa de Gobierno ha estado en muchas partes”.
El trabajo de restauración y rescate del inmueble fue muy bueno, “tiene pintura mural que se restauró también, ya se adecuó perfectamente para esta oficina.
“Lo importante es que se rescató este inmueble y que es un ícono de la ciudad por ser la sede del del Gobierno estatal; es curioso, que el inmueble sea un monumento, pero que a la vez haya tenido tantas transformaciones; realmente nunca ha sido igual, con todos esos usos que ha tenido, sí se alteró, pero se hizo un buen rescate, que es lo importante, porque la casa estaba muy deteriorada y abandonada”.
– ¿En qué radica su valor histórico, además de lo estético?
– Es muy bonita, pero sobre todo es por la zona en la que está, que es el punto justo de la fundación de la ciudad, que está en la entrada del Camino Real, que iba para Veracruz, por ahí llegaban todos los que venían de Veracruz, entraban por ahí, es una calle muy ancha, una avenida.
Para Dolores Dib Álvarez, la historia de Casa Aguayo está entrelazada a los eventos clave de la Angelópolis, como la Batalla del 5 de Mayo de 1862 entre el Ejército de Oriente y el francés.
Por: Arturo Cravioto