Comerciantes de mercados, así como fonderos y personas que se dedican a la venta de comida callejera revelaron estar absorbiendo el incremento de hasta el 400 % al precio del cilantro, y de momento descartan aumentar el importe de sus productos.
Esta escalada en el precio del cilantro se debe, por una parte, a la sequía que azota al país y, por otra, a las fuertes granizadas en Puebla, principal productor nacional de esta hierba de olor que afectaron a los cultivos, explicó el director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, Juan Carlos Anaya, a medios nacionales.
“A pesar de que la mayoría de los agricultores cuentan con sistemas de riego y agua de pozo profundo, las condiciones climáticas adversas y la escasez de agua están provocando una reducción en la producción de cilantro”, detalló.
El cilantro es una hierba de olor esencial en la comida tradicional mexicana y en el día a día; como el ajo y las cebollas, es un ingrediente de los más usados en las cocinas poblanas y del país; además de ser un complemento infaltable en los platillos callejeros de la ciudad de Puebla.
Así lo considera doña Juanita, quien es propietaria de una cocina económica en el norte de la ciudad.
Reconoció que sin el cilantro no existe la magia de la comida mexicana, “si hago mi comida y no le pongo cilantro, pierde el sabor, igual de importante que el ajo y la cebolla; por eso, si suben los precios, absorbemos el costo, porque si no, la gente ya no viene a comer y entonces sí perdemos”.
Al respecto, detalló que antes de que se disparara el precio del cilantro, en su cocina bastaba con un manojo de 5 pesos, en tanto que ahora tiene que invertir hasta 20 para un rollo que rinda para los guisos del día, pues casi todos llevan.
Al cuestionarle si ha incrementado el precio de sus comidas, Doña Juanita reiteró; “se tiene que respetar el precio, eso lo ponemos de nuestro dinero, pero le seguimos poniendo la misma cantidad a la comida para tener el mismo sabor, pero más caro”.
Baja demanda
De igual forma se vive esta situación en el local de verduras de Lupita, en un mercado del norte de la ciudad, donde su propietaria detalló que, si bien la gente sigue comprando cilantro, lo hace en cantidades menores, pero con la misma inversión.
Detalló que la paca de cilantro, a granel, en la Central de Abasto, ha incrementado de 150 hasta 500 pesos.
“Aunque hay cilantros más baratos, que valen 300 o 350 pesos, pero están para la basura, ya pasados o sin sabor, es un precio razonable, pero no sirven, están malos, por eso compramos del caro; los buenos, buenos, están de 450 a 500 pesos, y la gente lo resiente mucho”.
Detalló que la cantidad mínima que vende en su local son manojos de 10 pesos, que antes daba a 3 o 5 pesos.
La comerciante especificó que con esta estrategia ha evitado la disminución de la venta de la hierba de olor, por lo que no se le ha quedado producto en merma.
Precio afecta
Finalmente, La Güera, vendedora de tamales en las calles del norte de la Angelópolis, reveló que esta situación de incremento al cilantro le ha afectado en la inversión diaria de insumos para la preparación de sus productos, ya que los de salsa verde y rajas requieren grandes cantidades de cilantro para la elaboración de las salsas.
Al respecto, reveló un incremento aproximado al 5 % en su cuenta de insumos diarios.
Detalló que diariamente requiere de un rollo de cilantro que anteriormente compraba en 40 pesos y posterior a las granizadas, “ahora está en 120”.
“Es un gasto más y nosotros no podemos estarle subiendo más al tamal, porque ya no te lo pagan, no podemos hoy dar el tamal a 17 pesos, mañana a 20 y luego a 22 pesos, o sea que debemos tener un precio estable y no subirle al cliente”.
Por: Arturo Cravioto