Puebla es el segundo lugar nacional en embarazos adolescentes, de entre 15 a 19 años, y el tercer lugar entre niñas de 10 a 14 de años, revelaron los académicos de la Ibero Puebla, Claudia Alonso González, y de la UPAEP, Eduardo López Villalobos
La responsable de Orientación y Acompañamiento en Igualdad Sustantiva de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, Claudia Alonso González, especificó que la entidad ocupa estos lugares, de acuerdo con los últimos datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI).
Al respecto, la académica destacó que estos indicadores son resultado de la vulneración de múltiples derechos, “entre ellos, el de las mujeres a la salud y a una vida libre de violencia”.
Sobre los municipios con mayor registro de embarazos adolescentes, el médico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Eduardo López, ubicó a la capital del estado en el primer lugar, seguido de Tehuacán.
En ese contexto, detalló que el mayor número de incidencias en este fenómeno se está dando en las principales ciudades del estado, donde también figuran municipios del área metropolitana.
“Se dan en las principales ciudades como Puebla; cuando se inauguró el hospital de la Mujer yo trabajaba ahí en el área de Urgencias y era muy triste ver cómo llegaban niñas de 12 o 13 años, ya con embarazos a término (…).
(…) eso fue hace 15 años, entonces esto no es una situación de ahora, no sé cómo estábamos antes, pero ahora ya estamos ocupando el segundo lugar en un rango, y el tercero en el siguiente; es algo que no es nuevo”, lamentó Eduardo López.
Las causas
Sobre los factores que están generando estos embarazos prematuros, Claudia Alonso González, indicó que “está estrechamente relacionado con la desigualdad y con la violencia de género”.
En cuanto al principal factor, la desigualdad, la académica reveló que, según las cifras nacionales, el embarazo es 5.1 veces más frecuente entre mujeres pobres en zonas urbanas.
Al respecto, el coordinador de la Clínica de Urgencias de la UPAEP destacó la importancia de que los padres de familia se acerquen más a los hijos y conversen sobre temas de sexualidad, “pues ya se está saliendo de las manos”.
Sobre las causas, destacó que es difícil focalizarlas por su complejidad; sin embargo, resaltó que los padres de familia deben participar más en la educación sexual e involucrarse en el contenido de los planes de estudio en la materia.
Al respecto, detalló que se les empieza a hablar de sexualidad a los escolares desde muy jóvenes, desde cuarto año de primaria, y los padres deben reforzar la instrucción en casa platicando con los niños.
Abundó que “es conveniente que los padres hablen con los hijos para tratar de evitar mala formación (…) hay que tener en cuenta que en nuestro estado podemos tener trabajo, porque somos una sociedad muy católica y probablemente eso inhiba a la gente hablar de este tipo de situaciones a nivel familiar; las estadísticas a nivel nacional, sí nos dicen que este tema sigue siendo un tabú”.
Por ello, también señaló la importancia de modificar y adecuar los programas de educación sexual a la realidad actual, al señalar tener experiencias con niños a los que se les cuestiona sobre los temas de educación sexual y “pareciera que les hablaron de algo y no lo aprendieron en el momento, pasan meses y menos se acuerdan de los temas.
“En algunos casos lo ven con cierto morbo y eso aleja a los alumnos de la comprensión, pero yo creo que esto va más en función de que los papás se involucren y hablen con los hijos que dejarle todo a la escuela cuando hay temas que se tienen que ver en casa, y estamos demostrando que no lo estamos haciendo, por eso estamos ocupando los lugares en las mediciones nacionales”.
Finalmente, destacó la falta de promoción de la educación sexual por parte de los diferentes niveles de gobierno.
Por su parte, Claudia Alonso González, de la Ibero Puebla, destacó la importancia de que el Gobierno estatal implemente políticas públicas eficaces para disminuir los embarazos en niñas y adolescentes, así como la mortalidad materna.
“Todo esto complementado con una capacitación en perspectiva de género”.
Estudio
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “cerca de 16 millones de adolescentes entre los 15 y 19 dan a luz cada año (hasta 2011)”.
Y es que los bebés nacidos de madres adolescentes representan hasta 11% de todos los nacimientos en el mundo; 95% de ellos ocurren en los países en desarrollo. Para algunas madres jóvenes el embarazo y el parto son algo previsto y deseado. Para muchas otras, no.
La OMS indica que, en países de bajos y medianos ingresos, las complicaciones del embarazo y del parto son las causas principales de muerte entre las mujeres de 15 a 19 años.
Por: Arturo Cravioto