La sede central del Instituto Nacional Electoral (INE) y sus alrededores, por primera vez en su historia, fueron sitiados por corporaciones de seguridad locales y federales, como parte del operativo por el primer debate presidencial.
En el dispositivo, participan agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México en la seguridad perimetral y para tránsito y vialidad.
Un segundo filtro está en las inmediaciones de la entrada al INE, en el que vallas metálicas impiden el acceso a personas que no cuenten con registro para ingresar al organismo autónomo, mientras elementos de la Guardia Nacional están apostados en los alrededores.
El tercer filtro se colocó en la entrada al Instituto, el cual permanece cerrado y solamente se abre la reja cuando se haya verificado que la persona cuenta con la acreditación correspondiente.
Tras ingresar al INE, los asistentes deben pasar por arcos detectores de metales y sus objetos por máquinas de Rayos X, con el objetivo de evitar el ingreso de narcóticos, armas u otro tipo de objeto prohibido.
Dichos dispositivos están operados por efectivos de la Guardia Nacional y de la empresa Turismo y Convenciones, a la que el INE le otorgó un contrato para la seguridad y logística de los debates presidenciales.
El área de la Sala de Consejo, donde debatirán los candidatos y únicamente estarán acompañados de una persona, tiene acceso restringido.
A su vez, los 40 invitados de cada candidato serán colocados en el auditorio del INE, que será el punto de reunión de los simpatizantes de élite de los candidatos presidenciales, como dirigentes de partidos, coordinadoras de campaña, así como sus familiares.
Se trata de un hecho inédito para el organismo electoral, debido a que su edificio central nunca había sido sede de los debates presidenciales, por lo que no habían ingresado personal de la Guardia Nacional a sus instalaciones.
En los debates de 2012 y 2018, que fueron en distintos estados, el extinto Estado Mayor Presidencial (EMP) fue el encargado de la seguridad de dichos eventos.
Por: Ángel Cabrera