A unos meses de que la Unidad Habitacional La Margarita cumpla 45 años de existencia, su modelo urbano de vivienda popular sigue siendo vigente, y la tendencia es la hibridación de estos desarrollos verticales con los de tipo horizontal, destacó Octavio Flores Hidalgo, urbanista y profesor de Arquitectura de la UPAEP.
Inaugurada el 30 de abril de 1979, este complejo habitacional fue de los últimos proyectos para cumplir con el precepto constitucional del derecho a la vivienda digna y con el proyecto de modernización urbana, surgido durante la década de los años 50, durante el sexenio del entonces presidente de la República, Miguel Alemán.
De acuerdo con Market Data México, el Infonavit La Margarita tiene alrededor de 21 mil habitantes en 5 mil 340 casas.
En esa época suceden dos fenómenos paralelos: por una parte, en lo político, hay un intento de llevar a México a la modernidad y progreso de la posguerra que se empezó a vivir en Estados Unidos, razón por la cual el presidente Alemán inició proyectos para emular la organización en suburbios, es decir, zonas habitacionales en la periferia de las ciudades cerca de las zonas industriales.
Así, se decidió por la construcción de enormes complejos habitacionales, como el Multifamiliar Miguel Alemán, el primer proyecto de este tipo en la Ciudad de México, seguido del Benito Juárez, en Tlatelolco.
Además, se contempló para los estratos más privilegiados la construcción de cuatro Ciudades Satélite y Ciudad Universitaria. De esta iniciativa, al final, solo se construyó una Ciudad Satélite, al norponiente de la capital del país, y CU en el sur, en El Pedregal.
El segundo fenómeno se da por la migración de la población rural a los grandes centros urbanos, como las principales capitales: Ciudad de México y Puebla.
A este periodo, los sociólogos lo llamaron “normalización”, ya que la población de la provincia llegó a las urbes con sus costumbres, salones, tradiciones y léxicos propios, y había que darles espacio de vida y de cultura.
En lo cultural, se dio al mismo tiempo que el surgimiento de la radio, la televisión y el cine, que jugaron un papel importante para acostumbrar a las personas a su nueva vida y ayudarlas a no extrañar el campo. Por ello, fueron producidas películas desarrolladas en zonas rurales y la trama giraba en torno a esas condiciones de vida, para integrar a las personas poco a poco a la vida urbana.
En cuanto a la necesidad de darles espacio para la vivienda es que surgió la iniciativa del desarrollo de enormes complejos habitacionales, multifamiliares, para darle techo, principalmente a la fuerza obrera que empezaba a construir el México moderno.
UNIDAD HABITACIONAL
En ese contexto histórico es que surge la Unidad Habitacional La Margarita, como una iniciativa al final de los 70 para darle continuidad al proceso de crecimiento urbano y ordenarlo en complejos verticales, es decir de grandes y altos edificios.
Al respecto, el académico de Arquitectura de la UPAEP, Octavio Flores Hidalgo, recordó que, tras su inauguración, “La Margarita fue un suceso novedoso en los 70, con la fundación del Infonavit, para garantizar los derechos de los trabajadores, tanto privados como del Estado, y era importante ofrecerles vivienda, lo cual es un derecho constitucional.
“Había que dar las garantías y el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez impulsa mucho esta parte y se da a nivel nacional y se tendió todo un andamiaje para tener, tanto recursos como inversiones de Estado para poder construir proyectos, unidades y complejos como La Margarita, Mayorazgo, etcétera”.
Al respecto, el académico destacó que se trata de proyectos que buscan el desarrollo de ciudades satélite, como pasó en México, que “son pequeñas ciudades en la periferia y con el crecimiento urbano, terminaron siendo ciudades dentro de la ciudad”.
ÉPOCA DE ORO
Al final señaló que, como todo proceso habitacional, depende de algo fundamental: “la dinámica demográfica, de la población, sus procesos migratorios naturales por generaciones; La Margarita ya va por sus 45 años, entonces ya muchos de los habitantes fundadores, que ya quedan pocos, la recuerdan con añoranza y con la belleza con la que se presentó, pero con el tiempo fue cambiando de manos, de identidades y sobre todo, en su incorporación a la dinámica urbana”.
Por ello, Flores Hidalgo reconoció que ya no se le tiene el mismo cuidado de antes, pues hay nuevas transformaciones y el deterioro empieza a crecer: “el periodo de vida útil de estos edificios es de aproximadamente entre los 50 y 60 años, y requiere mantenimientos importantes, ya se han dado algunos, pero ya vamos a empezar a cuestionar la calidad de la construcción”.
Aunado a lo anterior, los fenómenos sociales y urbanos han afectado este complejo habitacional.
Así lo corroboró la señora Luz, de 70 años, de primeros colonos de La Margarita; llego a vivir ahí cuando tenía cerca de 20 años y recuerda la belleza y el cuidado que sus habitantes, junto con las autoridades municipales y estatales, le daban.
Vive cerca de la zona donde se construyó la Unidad Médica del IMSS, por lo que narra que la llegada del centro de salud, si bien beneficia a los habitantes del multifamiliar, también ha atraído a ambulantes que ensucian y generan desorden alrededor del nosocomio.
“Aún me gusta mucho vivir aquí, es mi hogar de toda la vida, pero me entristece ver la sociedad que los comerciantes dejan en la calle, que molesten a las personas poniendo puestos en sus cocheras, es difícil”, reveló.
Destaca haber llegado con sus padres y ahora vive con su esposo, ya que los hijos dejaron el nido.
Por ello, reconoce que hay deterioro en los andadores y edificios; sin embargo, “es como lo de antes, está bien hecho, mira todo lo que ha pasado, grandes sismos y aquí seguimos. Ahora que va a cumplir 45 años, no estaría mal que los gobierno le echen una manita”.