El pacto patriarcal es algo que ya vemos presente en las campañas de Puebla rumbo a la elección del próximo 2 de junio. Hombres apoyando o respaldando a otros hombres violentadores de género, deudores alimentarios o misóginos. 

Esto es algo, sin duda, contra lo que las mujeres, no solo las que están en la política tendrán que luchar.

Lo vimos este 6 de febrero en el evento en el que el partido Pacto Social de Integración (PSI) le entregó a Eduardo Rivera su constancia como candidato. En el evento, Rivera defendió nada más y nada menos que a Inés Saturnino. 

Saturnino fue detenido en la administración del exgobernador Miguel Barbosa. En vida, el exmandatario lo señaló de haber ayudado a escapar a un importante capo huachicolero de la zona de Tecamachalco. 

En mayo del 2023, no solo logró su libertad, sino que lo exculparon de cualquier delito. 

Está bien, entiendo que existió un proceso jurídico y que ahora puede acusársele solo de expresidiario. 

En el templete del evento, Lalo Rivera dijo: “De una vez hago público, Inés (Saturnino) aquí vamos a estar contigo en las buenas y en las malas, y si se meten contigo se meten con la alianza y se meten con Lalo Rivera”. 

Entiendo que, tal vez, el candidato de la oposición intenta, como se dice coloquialmente “amarrarse el dedo” ante la posibilidad de que Saturnino pudiera ser detenido en pleno proceso electoral. 

También, que buscan trazar una línea discursiva de un posible “preso político”, pero fuera de eso hay que recordar algo. 

En septiembre del 2015, Inés Saturnino fue acusado de violencia política de género en contra de tres regidoras, entre ellas la hoy diputada de Morena, Ruth Zárate. 

Hay que recordar ese video, que todos vimos, en el que Saturnino le vacía una bolsa con dinero en efectivo luego de que los tribunales le ordenaron pagarle el sueldo que llevaba meses reteniéndole como acción de violencia.

Saturnino no es presunto, ni se le quiere armar un chaleco para evitar que participe en el proceso, es un violentador de género y, como tal, no debería nunca más estar al frente de un cargo público. 

¡Aguas!

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