El diputado local, Charbel Jorge Estefan Chidiac, tiene, siempre sí, en la mira llegar al Senado de la República, lo que convertirá la batalla por esa posición legislativa, en el estado de Puebla, en una verdadera carnicería.
Jorge tiene dos opciones, que se desprenden de ofrecimientos concretos: ir a buscar un escaño de Lista Nacional (plurinominal) o hacer campaña, solamente por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), sin el resto de los institutos aliados lopezobradoristas, e intentar dejar a la alianza opositora en tercer lugar. De ese modo, el expriista llegaría como primera minoría, o lo que coloquialmente se conoce como “gran perdedor”.
El tema se pone muy interesante, porque Estefan va, en el caso de la segunda opción, a enfrentar en las boletas directamente a su acérrimo enemigo y quien lo orilló a renunciar al tricolor, el expresidente de ese partido en Puebla, Néstor Camarillo Medina.
Se da por descontado, en la contienda poblana por el Senado, que ganará Morena, con lo que entrarán, como primera fórmula, Moisés Ignacio Mier Velazco, colgado de la popularidad y arrastre de Alejandro Armenta, candidato a gobernador; y la mujer que vaya en la segunda fórmula, la cual aún no se define.
Entonces, la posición que realmente está en disputa es la primera minoría o “gran perdedor”, que será para el partido o alianza que quede en segundo lugar en las urnas, y ahí entra solamente la persona que encabece la primera fórmula.
Al quedar el priista Néstor Camarillo como primera fórmula de la alianza opositora (PRI, PAN, PRD y PSI), ya se sentía con un escaño seguro, porque se da por hecho que, aunque no gane, quedará esa coalición en segundo sitio.
Sin embargo, eso puede no ocurrir, por lo debilitado que ha quedado el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el impacto negativo que puede provocar en la alianza que tiene con panistas, perredistas y peseístas.
Para ponerlo claro: Néstor es el rival más débil y frágil, y podría no alcanzar ni siquiera esa posición de “gran perdedor”, que le arrebató a Estefan “a la mala”, según ha sido la queja.
Camarillo nunca ha enfrentado realmente una contienda, en lo personal, de gran envergadura, como es la batalla por la Cámara Alta.
Pero hay más y mejor: en Movimiento Ciudadano (MC), el candidato de primera fórmula es Ramón Fernández Solana, quien si algo tiene es ponerle enjundia y beligerancia a sus participaciones electorales, antes con el mismo PRI y luego con Redes Sociales Progresistas (RSP), partido del que fue presidente estatal.
Ramón también va en primera fórmula al Senado y literalmente la postulación de Camarillo le vino muy bien, precisamente por ser tan frágil.
De modo tal que ahora Néstor tiene dos cazadores tras su cabeza (es metáfora): Estefan y Fernández Solana.
Dos datos adicionales, para ponerle saborcito: por supuesto, Estefan tiene una afrenta personal contra Néstor, pero también Ramón le tiene guardadas muchas ganas al exalcalde de Quecholac, pues fueron compañeros en la preparatoria y no siempre fueron amigos; al contrario.
La contienda entre los tres se traduce en un tono que resume aquella frase de “nos vemos a la salida”.
O como dicen los españoles: “dímelo en la calle”.