Cuando el licenciado Fojaco se acercó a un medio de comunicación para que lo promoviera como candidato, rumbo a 2024, el abogado que todos llevamos dentro le pidió el favor al periodista:
—Mira, bro. Te pido que me apoyes. Necesito darme a conocer. Una portada, algunas menciones en las columnas; que cubran mis ruedas de prensa, pero que lleven lo que digo, no que luego se ponen muy creativos los reporteros y me preguntan hasta si me robé algo de la dependencia, no la muelen; necesito que me apoyen.
—Todo muy bien, pero licenciado, si ya gastó más de 100 mil pesos en sus encuestas, si ya pagó por espectaculares en todo el estado, debería invertirle al medio, mi amigo.
El licenciado Fojaco quien todos los días se coloca su brillantina wildroot en el cabello y se hace cada semana su manicura, frunció el ceño, se alisó los bigotes y dijo:
—¿Qué pasóóóóó, licenciadooooo? Ora’ que lleguemos habrá para todos.
—Ora’ que lleguemos. Ora’ que lleguemos. Siempre lo mismo, licenciado. Cuántas veces ha llegado y ni un plátano que nos pela.
—¿Cuándo te he quedado mal?
—Siempre, pinche licenciado Fojaco. Ora’ que lleguemos. Ora’ que lleguemos, —el periodista se queda bufando.
—Si sigues así, no te voy a poder ayudar. Bueno, mételo al convenio de ya sabes quién.
—Ajá, sí Chucha tus calzonzotes.
Si algo caracteriza al licenciado Fojaco es que promete todo en campaña. No hace mucho tiempo buscó a un grupo de escritores para que le hicieran una presentación del libro “El potasio” que supuestamente escribió el licenciado Malagón. Los escritores respondieron a la petición: “sí como no, pero pues, aunque sea un apoyito, ¿no?, para la creatividad”.
—Ora’ que lleguemos, distinguidos poetas —respondió Fojaco.
—Pues ora’ que lleguemos, le hacemos la presentación de su libro sobre el sodio.
—Potasio.
—Pos’ eso, pero cuando lleguemos.
—¡Malditos parias!, ¡por eso no progresan, por marginales!
Lo mismo ocurre cuando el licenciado Fojaco y el licenciado de Lara junto con el Licenciado Rincón van a las colonias populares de la periferia a pedir el apoyo:
—¡Bros!, —grita el licenciado de Lara— necesitamos que se unan a la causa; habrá lunch, frutsi, tortas duras de jamón y boings de triangulito.
El líder de los colonos responde: “Otra vez con lo mismo, y cuando las gestiones”
—¡Ora’ que lleguemos!
Aparentemente, esto suena muy absurdo, pero honestamente no lo es.
Fojacos hay por todos lados y aparecen en todas las campañas. Repiten la promesa del pago a cualquier servicio con “Ora’ que lleguemos”, para cambiarlo por el “ya chingamos” si es que ganan.
El ora’ que lleguemos se lo prometen hasta a sus amantes a cambio de tener sexo con ellas, el ora’ que lleguemos se lo dicen a sus esposas cada que ellas le dicen que hay que comprarles zapatos a sus hijos o les muestran la lista de útiles; los Fojacos de los periódicos les dicen a sus empleados “Ora’ que lleguemos, ora’ sí vemos lo del aumento salarial”.
Sobre eso hay mucho qué platicar, porque insisten en convertir lo diarios en panfletos porque ora’ que lleguemos, habrá un “contratote de publicidad”.