En aquellos tiempos, que eran muy buenos, se repetía aquello de “primero el proyecto, y luego el candidato”.
Empero, hoy en Morena es primero la politiquería, los golpes bajos y luego “ahí vemos”. Seamos honestos, que pinches campañas tan feas las que traen nuestros paisanos. Se ponen buenas porque como espectadores y como divulgadores de la información, pues nos gusta el ring, la lucha en el pancracio, pero ya si lo analizan, no hay mucho de qué hablar más que unos que se odian, otro que lo único que sabe es acarrear, quien tiene buenos amarres y quién no.
Hasta hoy, lo único que importa es ganar a como dé lugar y a cualquier costo, no sólo económico, que es lo más barato, sino lo que sea necesario con tal de imponer la “ley del más fuerte”.
Para nada que exista una oferta concreta para cada sector poblano, real, sin demagogia, sin que salgan a relucir los lugares comunes como: “hay que reparar el tejido social”, “combatir la inseguridad”, “generación de más empleos” y una sarta de frases armadas que datan del siglo pasado.
Tampoco es que seamos bisoños y que esperemos mucho. En algunas de los equipos de campaña se ha llenado más de Fojacos, Malagones, Manubrios, Menchacas, Chuza Sifuentes, puro licenciado Pipitilla, para ser más claros.
Y están con la mayoría de los aspirantes a gobernadores, ¿nombres? En su momento, pero daremos algunas pistas: ¿quiénes presumen más acarreados? ¿quiénes se montan en las imágenes de algún aspirante nacional? ¿quiénes se dedican a la filtración de guerra sucia? ¿quién tiene más granjas de bots en redes sociales? ¿quién le encanta crear libelos, clonar páginas, denunciar periodistas por sentirse dañados en su “moral” (¿a poco tienen moral los licenciados Fojaco?).
En verdad, cuando uno ve las fotos de las corcholatas en sus actos, nada ha cambiado del aquel priismo con el cual crecimos, el templete, la matraca, el confeti, el discurso, el vendedor de nieves, bolis.
Cuando los candidatos caminan, la gente se arremolina en torno a ellos, como si fueran rock stars, pero de San Pedro de los Aguaros (Zapotitlán Salinas) y no pasa nada más que palabras, palabras, palabras. Música de fondo, fotos, más confeti, más matraca, más tambora. Hasta los perros de rancho caminan a un lado de la turba o bufalada.
Ahora, no es un problema sólo de los aspirantes, los medios de comunicación (en una mayoría) tampoco estamos muy preparados académicamente para analizar temas económicos, medio ambiente, salud, educación, legislativos, y un largo etcétera. A la mayor parte de los empresarios mediáticos les preocupa más cobrar el contrato publicitario que capacitar a sus redacciones y como bien sabemos el diarismo te roba tiempo para poder invertir en la profesionalización.
Hoy, poco se sabe sobre qué es lo que proponen los aspirantes en temas reales, en términos generales son temas construidos desde una oficina de algún burócrata que sólo ve estadísticas sin entender que piensa la gente en la calle.
Así que como así está todo esto no nos queda más que respirar hondo y disfrutar la pelea del sexenio.
Una nueva cara en el Infonavit
En este espacio casi no se da el hablar bien de las personas, pero de vez en cuando es necesario y nos congratula que ya hay nueva delegada de Infonavit en Puebla: María Eugenia Marín Deloya, quien para nada es una improvisada y quien seguramente le imprimirá un gran sello a la dependencia que ahora encabeza. Buena decisión su nombramiento, se lo merece. No va a defraudar a nadie.