La economía de la eurozona se situó en recesión técnica tras contraerse un 0.1% en los tres primeros meses del año y otro tanto en el último trimestre de 2022, según una revisión a la baja comunicada este jueves por la agencia de estadísticas Eurostat.
En abril, Eurostat había calculado que el producto interno bruto de la eurozona había crecido un tímido 0.1% en el primer trimestre. Pero este jueves, al revisar el dato, confirmó la expectativa de la mayoría de los analista de mercado, y puso ese número en campo negativo.
Ya en el cuarto trimestre del año pasado el PIB de la eurozona había arrojado una contracción de 0.1%, según una cifra también revisada a la baja, con lo que el bloque de la moneda única entró en recesión técnica, al sumar dos trimestres consecutivos de caída.
La economía de Alemania, la mayor economía de la eurozona, también anunció a fines de mayo que se encontraba en recesión técnica, con dos trimestres seguidos en baja.
Las cifras proyectan una sombra de incertidumbre sobre las perspectivas para el resto del año en la eurozona, compuesta por 20 países.
En su último reporte sobre las perspectivas económicas para 2023, en mayo, la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, había previsto un crecimiento del PIB de la eurozona del 1.1%.
Para la economista Charlotte de Montpellier, del banco ING, ese escenario trazado por la Comisión es “optimista”, ya que la economía europea se encuentra ahora mismo “en una fase de estancamiento”.
El cuadro de tímido desempeño del PIB se ve agravado por una persistente inflación que muestra señales de desaceleración pero que se mantiene en 6.1% en mayo, y un panorama de endurecimiento monetario por las subidas de tasas decididas por el Banco Central Europeo (BCE).