El equipo de encuestadores, economistas, antropólogos sociales y estudiosos de la demoscopía nos mandaron la pre-pre-pre-encuesta que deberá contestar si es que intenta ser candidato a la gubernatura de Puebla.
Antes de contestar, primero, suponemos que ya fue a pintar las bardas de todo el mobiliario urbano. Suponemos que ya su espantosa cara ya está por todo tipo de espectaculares. Ya mandó a hacer sus sombrillas, sus souvenirs y es un experto en eso del acarreo, pues bien, aquí va una “miniencuesta” para darse ánimos o de una vez bajarse de la contienda.
Si usted pretende gobernar el estado en 2024 por Morena debe verse al espejo, quitarse las chinguiñas, echarse agua en la cara y hacerse la pregunta:
—¿Ya me invitó a comer unos tamales de chipilín?
Si la respuesta es en positivo, pregúntese ahora:
—¿Me saluda?
- Sí
- No
Ahora bien, en caso de ser positiva la respuesta pregúntese:
—¿Me llama por mi nombre?
—Sólo me sonríe y me da los buenos días, buenas tardes o noches.
—La otra vez me dijo: “¿Cómo le va Rigoberto?”, cuando no me llamo así.
—Me sonrió y me dijo: ¿Anita, buenos días?, cuando no me llamo así y para acabarla de amolar soy hombre.
Si la primera pregunta es por la afirmativa entonces vamos bien en esta encuesta, continuemos.
—Cuándo se determinan posiciones políticas polémicas como INE, INAI, Suprema Corte de Justicia, ¿me buscó directamente él o me mandó a Adán Augusto? Me dijo: “¿Mira necesitamos que te arriesgues por el pueblo bueno y sabio?”.
Y sea honesto con usted mismo:
—¿Yo me aventé todo el escándalo para quedar bien?
Si va respondiendo todo en positivo, que la encuesta de Morena no le preocupe tanto ya casi tiene la candidatura en la bolsa.
Si salió todo en negativo, de una vez le recomiendo que vaya abriendo el consultorio, o como diría el clásico: “a meterle al despacho, Bonifacio, a meterle al despacho”.
Ah porque si usted es de los soñadores que piensa que lo más importante de la encuesta es ser el más conocido ya estuvo que vaya pensando seriamente en la diputación federal, el senado o la alcaldía poblana, porque si consideraba que esta sería su gran oportunidad ya se la persignó.
La única encuesta válida será la que salga de Palacio Nacional y para ganar la candidatura tendrá que pasar ese filtro. Quienes tendrán un punto de vista importante será la candidata a la Presidencia de la República, y subraye la palabra candidata, el gobernador de Puebla, quien podrá impulsar o rechazar.
Nada más.
Después de septiembre será el momento de las definiciones en el caso Puebla y ha trascendido que en Palacio Nacional tienen muy claro que Puebla es una de las entidades más competitivas porque Eduardo Rivera Pérez sí trae buenos números en conocimiento y en nivel de confianza.
Le ha funcionado no subirse a la guerra por 2024, porque su oposición de Morena no lo ataca, no lo critica y lo deja trabajar libremente. La contienda entre los aspirantes del partido de AMLO los ha distraído tanto que no buscan adversarios y esa es una ventaja considerable porque Rivera Pérez está trabajando al doble que, cuando gobernaba Rafael Moreno Valle.
Así que si va a seguir tratando de convencer al círculo rojo lo que ya sabemos, no gaste más boletines ni fotos, los que estamos involucrados en seguir la línea de la sucesión ya nos la sabemos, ya la hemos visto, ya no creemos cuando salen nuevos López Zavala.
Vaya ya no creemos ni en las encuestas, para ser más claros.
Pónganse a trabajar.