24 Horas Puebla

No hagan caso a los matraqueros, matraqueras y matraqueres. Hoy, aún no hay candidato ni favorito para la sucesión poblana. Lo que digan las foquitas aplaudidoras y los licenciados Fojaco de estas tierras solo es para manipular —a sus 10 seguidores—porque Palacio Nacional sólo está preocupado primero por imponer a Claudia Sheinbaum y en segundo lugar la Ciudad de México.

La candidatura para Puebla se sabrá entre el 2 de octubre —no se olvida— y el 15 de ese mes. Lo que se diga antes sólo es para manipular la percepción, para manosear y desasear. No se deje engañar por los Fojaco y Malagones que nunca faltan entre los equiperos de los candidatos.

Fuentes de Morena revelaron a este columnista que un día después de que salga electa candidata Sheinbaum Pardo, habrá la reunión con los suspirantes, se darán las reglas para los nueve estados, pero primero, que les quede claro la prioridad no es Puebla, es Ciudad de México y de ahí los otro ocho estados donde habrá elecciones en 2024.

Por eso al PAN sí le comieron el mandado, aunque digan lo contrario. Morena como partido en los estados, incluso donde gobierna Acción Nacional, los han avasallado. Los líderes nacionales Marko Cortés y Alito Moreno son fácilmente comprables desde la Presidencia, dejen sus idealismos ramplones a un lado.

Ahora, quienes son hasta hoy los contendientes reales: Alejandro Armenta, Claudia Rivera, Ignacio Mier, Julio Huerta, Olivia Salomón y Rodrigo Abdala. Cualquiera entre ellos puede ser.

Armenta juega con sus encuestas y  trabajo en tierra.

Claudia Rivera con conocimiento y sus amarres nacionales, que sí los tiene.

Ignacio Mier sube en los números, recorre el estado y trae consejeros nacionales de Morena, respaldo de Mario Delgado y del exsecretario de Gobernación Adán Augusto López.

Olivia Salomón no está en campaña solo se promueve en redes sociales y le pone veladoras a algún santito para que en Puebla sea mujer.

Julio Huerta armó la estructura que sabemos que es leal al mandatario en turno.

Rodrigo Abdala tiene buenos amarres nacionales como Manuel Bartlett y toda la gente que ha operado con López Obrador, es el más sencillo de todos ellos y sólo se ha dedicado a su trabajo como funcionario federal.

Y si preguntan ¿quién de ellos será?

Es más fácil saber quién no lo será, porque aún no hay nada, por eso la agonía, por eso los “analistas” y foquitas aplaudidoras suben fotos de Claudia Rivera con la esposa de López Obrador como para mandar un mensaje, o dicen que ella tiene una extraordinaria relación con la nueva secretaria de Gobernación federal.

Pero todos los aspirantes tienen contactos nacionales, todos traen padrinazgos, pero al que ahorita no le importa ni se ha metido ni le quita el sueño, es Puebla. Quizá sea porque a veces los poblanos pensamos que somos más importantes o somos el centro del universo.

Punto número uno: gobernador no pone gobernador.

Punto número dos: no se calienten, de todas maneras, quien sea si es de veras es el bueno, los va a llamar y ya harán su labor de foquitas aplaudidoras.

Punto número tres: ya vayan ensayando.

Nota Bene

Que tenía razón Francisco Fraile, Pepe Chedraui se irá a Morena porque quiere la alcaldía de Puebla. El único problema es que aparece muy abajo en todas las mediciones que se han hecho.

Sólo lo conocen en el vapor del Centro Mexicano Libanés.

Y como dirían en los muy leídos trascendidos: ¿Será?