Foca: Animal que se arrastra para caminar y que cuando le avientan un pescado frío, aplaude mientras hace un sonido gutural característico. Son muy graciosas.
Foca aplaudidora: También es un animal que se arrastra y es electa cada tres años en un sistema que le llaman elecciones. Su función es que cuando vaya el dueño del circo a su hábitat, éste le aventará unos pescados al hocico. En respuesta, la bestia agradecida aplaudirá, se moverá de un lado a otro y hará su característico sonido gutural. Son muy graciosas.
Así como se llama jauría, cardumen, bandada, piara, cuando se ve un grupo de focas aplaudidoras juntas se les llama: cargada.
Son muy graciosas.
Matraquero: Viene de la palabra matraca. Al parecer es una onomatopeya por el ruido que generan los artefactos de madera o metal con el que operan (traca, traca, traca, traca). En las fiestas patronales de los pueblos son los sujetos que, con su matraca en la mano, hacen mucho escándalo cada que aparece el Santo a quien le quieren hacer fiesta.
En la actualidad, tanto políticos como periodistas se convirtieron en matraqueros de los precandidatos principalmente de Morena, pues cada que aparece su Santo Patrono, Patrona o Patrone le hacen fiesta con su matraca. Hay matraca chica, mediana y grande, para tener una idea, imaginen cómo deberá mover el brazo y el hombro el matraquero si su juguete es enorme. Del tamaño del aspirante es el tamaño de la matraca. No es lo mismo la matraca para regidor, alcalde de Palmarito Tochapan, la Angelópolis, el Senado o la gubernatura.
Matracas marca Fojaco: Son de una madera muy especial, muy fina. Aparecen en los portales electrónicos, en los impresos y en los PDF’s todas las mañanas, algunos les llaman columnas periodísticas y sirven para que, a través de las letras, hagan grandes a los políticos.
El matraquero estilo Fojaco es feliz cuando algún funcionario público desde burócrata, jefe de prensa, director de área, subsecretario o titular de dependencia le dice: “te leí, diario te leo, ¿eh?”. Por lo regular el aludido sonríe y agradece, a veces, se queda extrañado y se dice así mismo: “ah caray, si hoy no escribí”, y se rasca la cabeza.
Son matracas porque cada que hablan del político a quien quieren posicionar de pronto suena durísimo. Se arma un escándalo, pareciera que cargan hasta con la marcha de Zacatecas. Recuerda el ejemplo del matraquero que trae un artefacto enorme cómo debe mover los brazos y los hombros. Para usar dicha categoría se necesitan muchas horas de ejercicio.
Ahora bien, mucho se parecen las focas aplaudidoras (son muy graciosas), los matraqueros y las matracas marca Fojaco, sólo que hay que saber distinguirlas y no confundirlas, porque se cotizan en el mercado. Por lo regular, cuando llega un funcionario importante o hay una comida en la que se concentra el poder del Estado, aparecerán los tres niveles de porristas aquí descritos. Sólo las focas aplaudidoras son muy graciosas, los otros son muy escandalosos.
En toda sociedad, en todo tipo de gobierno existen esta subespecie de personajes. Sólo que depende del director o dueño del circo, pues, por ejemplo, cuando Manuel Bartlett fue gobernador eran más elegantes y les llamaron atinadamente “los niños cantores de Manuel Bartlett”, esa prensa de la cual aún quedan resquicios, estaba afinada y cantaban como auténticos ruiseñores. Su cancionero picot era el boletín de prensa.
La matraca y el confeti no han dejado de existir en nuestra polis.
- Las focas son muy graciosas.