Otra vez, a ver, no se hagan bolas: Sergio Salomón Céspedes nos sorprendió a todos en la reciente visita presidencial.
¿No?
A ver, les explico, en primer lugar, Andrés Manuel López Obrador reconoció en su mañanera del viernes que a Puebla se le devolvieron 1,900 millones de pesos del boquete financiero que provocó Rafael Moreno Valle en 2015 y que a la entidad le costó un daño al erario por 2 mil 600 millones, por la necedad del exgobernador de irse a un litigio que estaba perdido desde un principio y en el que se tuvo que pagar al despacho jurídico Sistemas Lac más de 300 millones de pesos.
Desde principios de abril, nos enteramos de que se pagaron 2 mil 600 millones de pesos por la evasión fiscal provocada por Moreno Valle. Se habló entonces de un boquete fiscal, un boquete financiero, el cual ni los propios panistas quisieron opinar porque sabían que era una de tantas que había incurrido su mero mero patrón, al que todavía le ponen sus veladoras. Se les hizo fácil irse por otros temas y no decir nada sobre el particular.
Lo primero que hizo el gobernador fue buscar ayuda en Presidencia. El mandatario lo escuchó, le hizo el favor de contactarlo con el secretario de Hacienda y con el director del SAT. Ambos lo escucharon. Unas semanas antes, tanto Sergio Salomón Céspedes como el diputado Estefan Chidiac comentaron que podría solicitarse un reembolso al Sistema de Administración Tributaria ya que siempre hay beneficios cuando se paga antes o puntualmente.
Bien, el viernes pasado, López Obrador nos informó que el 75 por ciento de lo pagado ya está en las arcas poblanas. Es decir, hubo trabajo de gestión, de tocar puertas de actuar de forma humilde y ahí está este gran logro.
¿Ya les cayó el veinte? ¿No?
Otro detalle, al desfile fueron convocados personajes claves de la política nacional, además de AMLO y su esposa, hablamos de Claudia Sheinbaum a quien la acompañó todo momento Julio Huerta; nos referimos también a Adán Augusto López y por supuesto al carnal Marcelo (Ebrard).
¿Todavía no comprenden?
En administraciones pasadas los funcionarios federales estaban vetados. Hubo confrontaciones, acusaciones, señalamientos. Hoy, la situación es distinta, la esposa de Sergio Salomón, Gabriela Bonilla y él fueron grandes anfitriones y, según cuentan los testigos, los invitados especiales salieron felices de Puebla rumbo a la Cdmx.
No asistieron y fue mejor para evitar que se empañara la conmemoración histórica ni Alejandro Armenta ni Ignacio Mier. El mensaje es que no hubo mensaje. Nada para nadie. No hagan olas. El gobernador está metido de lleno a sacar las obras para la entidad y en atraer recursos a Puebla, no en politiquería barata y en análisis de cantina.
Bien bajado ese balón, diría el respetable.
Por qué nuestra insistencia en decir: ¿No se hagan bolas? Fácil y sencillo, hay quien aún no entiende que se viven tiempos de diálogo, de concertación, de paz. Hay quien sigue aferrado en pleitos, acusaciones. Afortunadamente, son pocos y están identificados.
Ha servido de mucho la nueva era salomónica de gobernar, en seis meses ya hay los primeros frutos.
Y no es discurso, ahí están los hechos.