En México, uno de cada cinco trabajadores en empresas destinan más del 50% de sus ingresos mensuales en el pago de deudas, reveló un estudio realizado por Vanguard, Invested, AON y la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh).
El simple hecho de dedicar más de la mitad de los ingresos en deudas representa un nivel elevado respecto a la buena práctica financiera que apunta a no destinar más del 20% de las entradas de dinero de las personas.
“Imagínate que una persona gana 10 pesos al mes, y lo primero que hace es agarrar 5 pesos y los manda al pago de deudas, entonces le queda un porcentaje muy pequeño de sus ingresos para cubrir sus gastos de alimentación, transporte, ocio; le quedan muy pocos recursos disponibles”, ejemplificó Christian Hauswaldt, CEO de la empresa de consultoría financiera Invested.
“Cuando empezamos a romper ese nivel del 20% es muy fácil que ante alguna eventualidad, algún problema, empecemos a perder el control sobre estas deudas y empiezan a crecer de manera acelerada y ahí es donde empieza el estrés y empiezan los problemas”, advirtió.
De acuerdo con el documento titulado “Reporte Bienestar Financiero 2023: México en acción“, tan sólo el 9.64% de los trabajadores mexicanos no tienen deudas; el resto tienen pendiente algún compromiso financiero por pagar, entre deudas productivas y deudas de consumo.
En el detalle de la información, se aprecia que únicamente el 23.75% de los colaboradores de las empresas siguen la buena práctica financiera de direccionar el 20% de lo que perciben en el pago de sus deudas.
En tanto, la mayoría de los trabajadores mexicanos, el 43.86%, distribuyen entre el 20% y el 50% de sus entradas de dinero en solventar los adeudos.
Hauswaldt precisó que hay dos tipos de deudas: productivas y de consumo. Las primeras hacen referencia a bienes productivos como casas o vehículos; las segundas “son las más peligrosas, son las de tarjetas de crédito, que tiene que ver con cosas que fui comprando y me fui endeudando”, puntualizó.
Justo las deudas de consumo, añadió, se debe tener precaución para no superar el 20% de los ingresos familiares.
Y es que, en el estudio se observa que en 2023 los trabajadores de las empresas están experimentando una disminución en el control de sus deudas comparado con 2022, pasando de un dominio del 94.21% hasta el 67.71%.
“Esto demuestra una falta de planeación, conocimiento y educación financiera que genera un impacto negativo en el desempeño de sus actividades cotidianas”, se lee en el documento.
Baby boomers, la generación más precavida
En educación financiera, la generación de los baby boomers —aquellas personas nacidas entre 1946 y 1964— es la más precavida y más consciente en sus entradas y salidas de capital, así como en ahorros para el futuro.
Los resultados del estudio, muestran que el 46.24% de los baby boomers tienen conocimiento de su flujo de efectivo, entre ingresos y egresos de dinero.
Si bien, se trata de un nivel bajo, conforme avanzan las generaciones, el porcentaje es aún menor. El 33.81% de la generación X —quienes nacieron entre 1965 y 1980— llevan control de sus flujos de dinero; en los millennials —nacidos entre 1981 y 1996— sólo el 26.98%; y en la generación Z —con fecha de nacimiento a partir de 1997— sube a 28.37%.
En lo que respecta al ahorro voluntario para el futuro, el 86.02% de los baby boomers declaran ahorrar, además de las aportaciones obligatorias para su retiro; el porcentaje se reduce a 69.84% en la generación X; a 65.25% en los millennials; y a 62.08% en la generación Z.
“Analizando los hábitos y comportamientos generacionales en Latinoamérica de este grupo demográfico, (los baby boomers) es una generación que se ha destacado por su sensatez al hacer crecer su patrimonio. Los baby boomers están enfocados en proteger el ahorro que han construido a lo largo de sus años laborales, buscando un equilibrio entre gastos y ahorros”, destacan en el estudio.