El término de la veda electoral para unos, será silencio sepulcral para otros a partir de esta semana. En Puebla, al menos, las obras que con prudente silencio se efectuaron en los últimos meses, impedidos de ser ponderados por pandemia o por imposición legal, han comenzado a ser socializadas con el primer periplo de Miguel Barbosa.
Gobernante de simbolismos, decidió comenzar en la tierra en la que nació y vio crecer: Zinacatepec-Tehuacán con trabajos carreteros e infraestructura por mas de 300 millones de pesos.
Es el fin de una de las etapas más surrealistas de la política electoral en nuestro país, alimentada por el Instituto Nacional Electoral de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, presidente y consejero que han pasado de árbitros imparciales a contendientes en las justas comiciales.
La coartada terminó. Así será para quienes encontraron en la Consulta Popular para la Revocación de Mandato del 10 de abril y la votación de la iniciativa de la Industria de la Reforma Eléctrica del domingo 17 pretextos para aparecer en el templete y el reflector para el culto a la personalidad.
Muchos de los integrantes de la nueva etapa de la política en México y Puebla con Morena en el poder, sin haberse despeinado en el tiempo de la militancia auténtica en la izquierda que vieron el luminoso momento del triunfo en 2018, deberán volver a la nada. Pequeños y pueblerinos, se sabe de sobre nombres, apellidos y su pasado.
Incrustados recientes en el movimiento que comenzó en la década de los ‘80 con Andrés Manuel López Obrador, deberán volver a las catacumbas tricolores de donde surgieron, agazapados como ocurrió en el pasado en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que había sido convertida en botín priísta, o en el ayuntamiento de la capital.
En esa misma orfandad mediática y ayuno de lucimiento están los otros, los que se asumen herederos puros de la 4T por el sólo hecho de autodefinirse como “camaradas” como si se tratara de una herencia de sangre comunista a la mexicana.
Vivieron un periodo estelar cuando alcanzaron una rebanada de pastel electoral con el fenómeno de 2018 con AMLO en la boleta, pero que dilapidaron.
La notoria incapacidad para hacer gobierno, equipo y política digna, los llevó sin esfuerzo a la derrota electoral en 2021, pero siguen sin entenderlo, ni procesarlo. Hay duelos que no terminan, para explicarlo en términos de la medicina mental, trastornos de comportamiento, le dicen.
Ahí están todas, todos y “txdxs”, como gusta llamarse a quienes pretenden innovar en el uso del lenguaje y la inclusión, con una notoria falta de autocrítica para entender que lo suyo produce pena ajena.
Se les acabó el pretexto para subir al templete y convocar a escuálidos mítines de apoyo al mesías en el que han convertido al presidente López Obrador. No habrá luz que los ilumine por un largo periodo… o tal vez si, hasta que el reflector de una orden de aprehensión o escándalo por vínculos con grupos delictivos los vuelva a llevar a la palestra del Ministerio Público o juzgado penal. Podría ser sólo entonces que vuelvan a vivir la fama que añoran, como bailarina retirada.
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado