La revisión a la que será sometido el protocolo de seguridad en el estadio Cuauhtémoc la casa del Club Puebla no podía ser más pertinente a la luz de los sucesos ocurridos en el Corregidora el sábado pasado y que este martes tuvo una tibia respuesta de la Federación Mexicana de Fútbol.
El siete de enero de esta año el periodista deportivo Pepe Hanan, titular del muy escuchado programa En línea deportiva subió a su cuenta de Twitter escenas de una campal que se armó en el estacionamiento del estadio local.
Las escenas no son muy diferentes a las que horrorizaron al país entero en el encuentro Gallos Blancos-Atlas FC el fin de semana , por la brutalidad con la que una persona es sometida y tundida a golpes, con una salvedad: la escena fue seguida celosamente por el teléfono móvil de un policía de seguridad privada.
La empresa responsable de mantener el orden en el estadio Cuahutémoc estaba manejada por un mando policiaco que llegó a Puebla bajo las órdenes de Facundo Rosas, ahora señalado de estar involucrado en el programa “Rápido y furioso” que permitió la entrada de miles de armas el país, para llegar a parar a las manos del sicariato al servicio de Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Se trata de Alejandro Santizo, ex secretario de Seguridad Pública en la gestión municipal de Luis Banck, hasta que decidieron cesarlo por excesos cometidos en el encargo policial en la capital.
El ex titular de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, antes de ser imputado de la ejecución de los tres agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado en noviembre de 2021 en Tecamachalco, fue propietario o socio de esa empresa Tecno Pro, responsable de la seguridad en el estadio de casa.
Fue la causa de causa de una larga cadena de corrupción la que le permitió operar no obstante el pernicioso historial. Esa, como otras firmas obtuvieron el visto bueno de la Secretaría de Seguridad Pública bajo el mando de Raciel López, el titular que cayó como los anteriores por la misma razón: ambición.
El encargado de la supervisión de las empresas de seguridad privada cumplió a medias la instrucción del jefe, el gobernador Miguel Barbosa cuando ordenó poner lupa sobre las formas de operación, obtención de registro y dueños de ese modelo de negocio.
Hábiles conocedores de usos y costumbres del ambiente policial, apretaron hasta casi la asfixia a quienes tienen una empresa con ese servicio, para luego hacerse de la vista gorda a cambio de 100 mil pesos iniciales, que les permitiría volver a operar.
Conocedor también de esos mecanismos de convencimiento a través de dinero líquido y sin mecanismo de escrutinio, Santizo volvió a poner operación Tecno Pro, la firma responsable de prestar la seguridad en el Cuauhtémoc.
Hace dos semanas, previo al encuentro Gallos Blancos de Querétaro y Atlas de Guadalajara, nadie podía imaginar que los sucesos sangrientos destaparían otra cloaca en la que nuevamente se le encuentra involucrado este mando, a quien por el edil de Tecamachalco, Ignacio Mier Bañuelos, no tuvo empacho en contratar como su jefe de seguridad para terminar sujeto a proceso por el homicidio de tres elementos de la Fiscalía General del Estado.
@FerMaldonadoMX
parabólica.mx escribe Fernando Maldonado