Que nadie se mueva. Hay prioridades en la República de la Cuarta Transformación. Que nadie se haga bolas. Desde hace dos semanas que encendieron alarmas por la proximidad del 10 de abril, fecha límite.
La consigna es impulsar la participación ciudadana en la Consulta Popular para la revocación de mandato en 11 días más. El número de votos en estados y municipios será exactamente proporcional al derecho de admisión en el edén del tabasqueño, o el destierro y congeladora.
Toda la atención está centrada en ello. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha modificado agenda, giras, reuniones y compromisos. La premisa es llevar a la mayor cantidad de gente a las urnas en ese desafío que alcanza al Instituto Nacional Electoral pero involucra directamente a la Presidencia de México por lo inédito del ejercicio.
En los escenarios está fuera la probabilidad de que el “no” triunfe en la elección prevista para el segundo domingo del próximo mes, sino el volumen de participación. Es simple: habrá mayor legitimidad con un número creciente de participantes.
Sólo en Puebla el listado nominal es de más de 4 millones 700 mil votantes para acudir a las poco más de 2 mil casillas dispuestas por el malquerido árbitro árbitro electoral al que el propio López Obrador extendió acta de defunción con el anuncio de la iniciativa de reforma a la Ley Electoral.
Visto en perspectiva, se trata del primer ensayo rumbo a la elección presidencial de 2024 con el Movimiento de Regeneración Nacional en el poder. Nada tienen que ver las elecciones locales que en este año tiene como centro de atención Hidalgo, Oaxaca, Aguascalientes y Tamaulipas entre otros.
El engranaje de la maquinaria el pectoral que llevó a López Obrador al poder con más de 30 millones de votos en el verano de 2018 está a prueba. La maquinaria deberá estar lista para el día dela sucesión en Palacio Nacional y de ahí la urgente tarea.
Lo ha sido ya quienes forman parte de la burbuja del mandatario, para poder colocar al Presidente de México en una nueva etapa de campaña, de mucho más alcance que supone el ejercicio de comunicación política inédita de las mañaneras.
En los próximos 11 días serán puestos a prueba los diferentes liderazgos que se han sumado, antes o después, a la 4T: los que vienen de la cantera, quienes han militado en la izquierda y también para los villamones del movimiento, de los que abundan.
Todos tienen una encomienda, una cuota y meta para el 10 de abril. No será fácil cumplir con la encomienda porque el escenario pinta para reto descomunal.
Tiene la Cuarta Transformación pendientes con sectores amplios de la sociedad. El andamiaje cruje con la oposición, medios y organizadores encima. La descalificación a toda iniciativa de López Obrador, sobre todo la Consulta Popular, ha sido obvia en tres años de gobierno.
Es la campaña por aire la que construye percepciones. Pero al interior de la Cuarta Transformación es el número de votos en cada rincón del territorio nacional lo que cuenta. Ya se verá quien cumple y quien queda a deber.
@FerMaldonadoMX
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado